La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) informó que entre enero y agosto de este año la producción de alimentos disminuyó un 3,7% respecto del año pasado. Sin embargo, la caída es del 4,5% si no se tiene en cuenta el segmento de aceites vegetales.
"El 70% de los sectores representados en la industria de alimentos y bebidas mostraron caídas" hasta el mes de octubre indican fuentes de la Copal. Incluso un representante de una de las firmas que la integran reconoció que "no vemos la hora que termine 2016".
Según las propias estadísticas del Indec, las cifras oficiales, la producción del bloque de alimentos y bebidas disminuyó 5,9%, como informó El Enfiteuta días atrás. Los peores casos corresponden a los lácteos -12%, carnes rojas -8,8% e incluso la molienda de cereales y oleaginosas con un -7,7%.
El de la molienda es ciertamente sorprendente, porque arrancó el primer mes del año con un aumento de la actividad del 66%, y desde el segundo semestre los números que prevalecen en el desempeño de esta industria son negativos.
La baja productiva afectó el uso de la capacidad instalada que retrocedió de un 68,4% en agosto a un 65,7% en septiembre. Dicho de otro modo, más de un tercio de las instalaciones de la agroindustria está parada y sin producir.
La culpa es del consumo
A pesar de que desde la Copal y la industria de alimentos en general acompañan con entusiasmo las medidas económicas del gobierno, al menos en público, el alto impacto que tuvo el programa de "sinceramiento" en los consumidores ahora es preocupante y rondó el mes pasado entre 7 y 8% dependiendo de quién lo mida.
El Presidente Macri brindó una explicación llamativa para el fenómeno: "Mucha gente se stockeó a futuro por las dudas frente al cambio de Gobierno" en diciembre. Para acopiar mercadería hay que tener dinero, que es precisamente lo que este año está mucho más ajustado.
Joaquín Ottogalli, analista de Abeceb, señaló que "la caída de la demanda se enmarca en un contexto macroeconómico con caída del salario real". Una situación que hacia fin de año dejará un retroceso del 7,7% en el consumo. Aunque espera una mejora en 2017 en torno al 4,1% cuando se compare con las cifras de este año.
Para la consultora CCR la razón de la retracción del consumo no se debe al acopio previsor, sino al "descalce entre salarios y precios", con ingresos que están en 10 puntos porcentuales más bajos que la inflación.
En materia de alimentos la caída del consumo, al menos según la Came, fue del 2,8% en octubre. Entre tanto, el Indec informó que para el mismo mes los precios de los alimentos crecieron 1,5% respecto de septiembre. Es decir que la baja en el consumo no alcanza por el momento para estabilizar los precios.