La llegada del magnate republicano Donald Trump a la Casa Blanca puso en alerta a grupos de activistas, negociadores y científicos reunidos en la COP 22, Cumbre del Clima que empezó el lunes 7 en Marraquesh, Marruecos.
Trump se manifestó varias veces como un "escéptico" del cambio climático, llegando a a amenazar con "cancelar el acuerdo de París y frenar todo pago de dinero de los impuestos de Estados Unidos al Fondo del Clima", establecido en dicho acuerdo. El Republicano no sólo afirmó por twitter que "el cambio climático es un invento de los chinos para hacer a la industria norteamericana menos competitiva", sino que además se declaró abiertamente dispuesto a promover las energías fósiles (principales emisoras de gases de invernadero) por sobre las renovables.
Si cumple sus promesas de campaña, esto podría llevar a que el acuerdo celebrado en la capital francesa por 195 países en diciembre del año pasado, repita el fiasco del Protocolo de Kioto, que la principal potencia del mundo había firmado pero nunca ratificó.
El tratado establece que los países se comprometen a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de limitar el aumento de la temperatura global en un máximo 2° C de aquí a fin de siglo. Y entró en vigencia el viernes 4 de noviembre, cuando el 55% de los países –entre ellos China y Estados Unidos, los dos mayores emisores de gases de invernadero-, lo aprobaron en sus parlamentos.
El impulso del presidente Barack Obama fue determinante para que ambas potencias dieran el paso fundamental para cerrar el acuerdo. Pero su sucesor al frente de la Casa Blanca no parece dispuesto a seguir en esta línea.
Argentina estuvo también en el grupo de los primeros países en ratificar el acuerdo (el parlamento lo aprobó el 21 de septiembre). El compromiso nacional de reducción de emisiones (INDC por sus siglas en inglés) asumido en París fue de una reducción del 15% de aquí a 2030, y otro 15% sujeto a financiación adicional.
Al conocer la noticia del triunfo del republicano en las elecciones estadounidenses, los delegados y negociadores especulaban –según cita el diario El País-, si sería peor que "Estados Unidos abandona el pacto, o que, durante los próximos cuatro años, la administración Trump obstaculice la reglamentación y la letra fina del acuerdo, volviéndolo inviable".
En tono diplomático, aunque cauteloso, Salaheddine Mezouar, Presidente de la COP22, envió un mensaje de felicitación a Trump con motivo de su triunfo eleccionario, en el que también señaló: "Ahora, después de la entrada en vigor del Acuerdo de París, todos los países y los actores no estatales compartimos la responsabilidad de continuar los grandes progresos conseguidos hasta la fecha. La cuestión del cambio climático atañe a la preservación de nuestros medios de vida, de nuestra dignidad y del único planeta en el que todos vivimos. Esperamos que todas las partes respeten sus compromisos".
La ministra de Ambiente francesa, Segolene Royal, fue más directa y advirtió que (Trump) "no podrá frenar un acuerdo firmado por más de 190 países".
En Marrakesh se debatirán hasta el 18 de noviembre, estrategias de mitigación y adaptación al calentamiento global, y cómo conformar el Fondo Climático al que Estados Unidos había comprometido un aporte de u$s 3000 millones, destinados a financiar a aquellos países más desfavorecidos.