Mientras se acrecienta la brecha entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor final, diversas actividades pierden terreno y competitividad. Solicitan políticas diferenciadas.
Los productores de frutas, ver¬duras y hortalizas atraviesan una crisis desde hace largo tiempo que en los últimos meses se agudizó con el incremento en los costos más el alto nivel inflacionario.
El índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el Área de Economías Regionales de CAME detalló que los precios de los alimentos agrícolas desde que salen del productor y hasta que llegan al consumidor se mul¬tiplicaron por 5,5 veces promedio en agosto, mostrando un aumento de 6% en esa diferencia en relación con julio (5,2 veces).
Uno de los sectores más compli-cados es el de peras y manzanas que alcanzó su nivel de exposición poco tiempo atrás cuando los pro¬ductores llegaron a regalar cientos de kilos de sus productos en Plaza de Mayo. Hoy la problemática con¬tinúa activa y las soluciones siguen demorando en llegar.
"Afortunadamente tenemosdiá-logocondirigentesy representan¬tes del Gobierno nacional pero no estamos encontrando soluciones concretas, hace falta que se tomen decisiones urgentes para salvar a las economías regionales que es¬tán atravesando u no de sus peores años", detalló a Ámbito Financie¬ro el presidente de Economías Re¬gionales de CAME.
Hoy la entidad nuclea a más de 420 cooperativas, entidades y fe-deracionesdel sectory se pusieron al hombro u n reclamo que lleva va¬rios años pero pocas respuestas. "Tienen que estructurarse políti¬cas diferenciadas para los produc¬tores que no sean de la Pampa Húmeda, hay una sensación ge¬neralizada de que todo hombre decampo es adinerado y la realidad es muy distinta. Las economías regionales están integradas en gran parte por pequeños y media¬nos productores y son el motor de desarrollo de pueblos y provincias ya que son altas demandantes de mano de obra. Para citar un claro ejemplo la producción de soja de¬manda entre 0,35 y 0,50 jornales por hectárea mientras que nues-tros productos necesitan de 60hasta 200 jornales", explica Robín.
Por su parte, Pablo Vernengo, di¬rector ejecutivo de CAME enume¬ra: "Financiamiento, observatorio de precios, mejorar la inserción de la Argentina en los mercados internacionales, reparar las rutas ycaminosdelinterior, fomentarla actividad ferroviaria, avanzaren la creación de puestos secos en el in¬terior del país y antesque todoesto reducir el alto costo laboral. Estas son sólo algunas de las medidas que solicitamos para que las eco¬nomías regionales puedan volver a tener rentabilidad".
Los representantes de la en¬tidad también detallan que por ejemplo a comienzos de año el Banco Nación ofreció una línea de créditos para productores deperas y manzanas por un total de $800 millones pero "sólo se tomó el 20% porque hoy los productores no son sujetos de crédito. Están absolutamente descapitalizados y la cadena de pagosse rompió ha¬ce mucho, así es que esos créditos imposibles son de poca ayuda pa¬ra nuestros sectores".Para cuantificar el retroceso que hoy está viviendo el sector en general nada mejor que los núme¬ros. Según estadísticas que mane¬ja CAME, en la provincia de Entre Ríos las hectáreas dedicadas a cí¬tricos cayó de 42.000 a 36.000 has en 11 años, en Catamarca la pro¬ducción de olivos pasó de 30.000 a 10.000 has y los productores de peras y manzanas se redujo a 2.500 desde los 10.000 de una dé¬cada atrás.
"Estamos perdiendo no sólo productores sino también el arrai¬go en los pueblos, hace falta mano de obra y ya ni hablamos de inver¬siones en valor agregado. Así es que necesitamos urgentemente que se tomen medidas concretas y se acompañe con políticas dife¬renciadas a todo un sector que es motor indiscutido del interior del país", cerró Robín.