1. Dale lugar al placer. Cuando proyectamos un nuevo año solemos caer en un error imperdonable: concentrarnos sólo en aquello que "deberíamos" lograr y dejar en un segundo plano lo que nos gustaría hacer. Dales también lugar a los deseos. Dejá que te conecten con tu capacidad de gozar, aunque no impliquen ganar dinero o cumplir con las expectativas laborales, familiares o sociales.
2. Anotá todo lo que querés hacer. Llevar las ideas al papel es una manera de ordenarlas y de fijar los conceptos. Como el año es largo, procurá que tu lista esté siempre a mano: escribila en la agenda, pegala en la heladera o ponela como acceso directo en el desktop de tu compu.
3. Sé realista. Tal vez te entusiasme hacer aquagym con tu mejor amiga, pero si eso implica cruzar la ciudad antes de ir al trabajo... es probable que nunca llegues al club. Si te anotás en un gimnasio cercano es probable que seas mucho más constante. Aplicá el mismo criterio para la facultad, las tareas de la casa o lo que sea, y acordate de que no hay nada peor que frustrar un gran plan antes de empezarlo.
4. Planificá según las épocas del año. Por ejemplo, si tu lista incluye trámites, tené en cuenta que durante los meses de frío es más difícil "obligarte" a salir de la cama antes de lo habitual para hacer largas colas o tomar turnos. Para cumplir con esa u otras tareas, contemplá también tus períodos de más trabajo o compromisos.
5. ¡Consultá con los demás! Si algo nos caracteriza a las mujeres es nuestro afán por "resolver" la vida de todos. Si alguna de tus ideas afecta a tu pareja o a tus hijos (por ejemplo, arreglar la casa) preguntales qué les parece. Es probable que hablando, hasta surja una propuesta mejor y no tengas que hacerlo sola.
6. Convertite en una "buscadora" inteligente. Aprender eso que tanto te interesa no siempre implica gastar plata. La clave es hacer un relevamiento de opciones. Centros culturales, profesorados, secretarías de extensión universitaria, sindicatos y otras instituciones públicas y privadas suelen brindar una amplia oferta de talleres y cursos. Casi todos empiezan en marzo.
7. Sin prisa y sin pausa. ¿Querés cumplir la promesa de hacer algo diferente para tu cumpleaños o tu aniversario? Pensá qué, cómo y dónde, y ocupate desde ahora. Una semana podés mirar vidrieras o consultar a la modista, y la siguiente pedir presupuestos de catering o restaurantes... Así todo saldrá mejor, más barato (ya que evitás imprevistos) y vos vas a poder disfrutar en vez de padecer.
8. Pequeños detalles. Además de las vacaciones, pensá en las cosas que te hacen feliz todos los días. Embellecer tu casa es ganar en calidad de vida. Un rincón del living o tu patio pueden volverse superespeciales con creatividad y algo de tiempo. ¿Algunas claves? Reciclar, visitar mercados de pulgas y aprovechar internet para buscar precios, comprar y copiar ideas.
9. Ser y estar (frente al espejo). El pelo, las manos, la piel... para verte de una vez por todas como soñás, animate a cambiar y dedicate tiempo. Una buena forma de maximizarlo y de ahorrar dinero es aprovechar los "combos" de corte, depilación y manicuría, o estar atenta a las promociones que ofrecen la mayoría de los bancos. Y para mantener el look, no hay excusas: si el sábado a la tarde te queda corto, permitite llegar más tarde a casa (pero más contenta) un día de semana.
10. Prohibido guardar. El placard es un reflejo de nosotras mismas. Nada más lindo que llenarlo de cosas nuevas... ¡salvo vaciarlo de las que no necesitamos! Hacele lugar (mental y físico) al cambio. Regalá lo que no uses y no dudes más en mandar a arreglar el sacón de la abuela. Es el primer paso para animarte a estilos nuevos, y además es un acto de generosidad para con los demás ¡y hasta con el medioambiente!.