Los cítricos domiciliarios como pomelos, mandarinos, naranjos y quinotos, que no se cosechan o procesan en dulces o conservas, sirven de puente natural para que la mosca del Mediterráneo continúe su ciclo biológico durante el invierno.
Hallazgos recientes revelan el papel de las raíces de los cultivos en la formación de materia orgánica y terminan de ?inclinar la vara' hacia el siempre verde.