Los monitoreos y la implementación de tratamientos tempranos resultan fundamentales para evitar los daños en los cultivos y pasturas que algunas especies de tucura pudieran llegar a ocasionar.
La falta de precipitaciones ocurridas desde el inicio de verano, pueden agravar el posible riesgo de persistencia de herbicidas en el suelo con potencial daño para las próximas siembras.