Expoagro estalló de gente y recibió a tres protagonistas de la 125
La recorrieron miles de productores locales y extranjeros. Hubo un encuentro entre Cobos, Lousteau y Moyano
Con un cielo celeste e inmenso como telón de fondo, una pequeña avioneta hacía espectaculares piruetas para el disfrute de quienes visitaron ayer la Expoagro 2014.
En los lotes sembrados dentro de la exposición, los más variados equipos agrícolas hacían piruetas para mostrar sus virtudes a gran número de productores. Mientras todo eso sucedía, en las calles de tierra del predio la que hacía una extraña pirueta era la política, ya que tres de los principales protagonistas del conflicto por la Resolución 125 se dieron un apretón de manos, compartieron un asado y dieron por cerrado aquel duro capítulo de la historia.
Uno de ellos era Hugo Moyano, el líder de la CGT, que en marzo de 2008 movilizó un millar de camioneros hacia Gualeguaychú, para enfrentarse -por suerte no sucedió- con los chacareros que cortaban la ruta. El segundo fue Martín Lousteau, el entonces ministro de Economía que ideó las retenciones móviles como alternativa a ideas más draconianas dentro del gobierno kirchnerista. El tercero era Julio Cobos, el ex vicepresidente que con su “voto no positivo” puso fin a uno de los capítulos más densos de la historia.
Todos ellos coincidieron en la Expoagro y en un diagnóstico común sobre aquella situación: si otros hubieran sido “los modos” de encarar ese debate, otro muy distinto hubiera sido el final. En una muestra que ayer estalló de asistentes, los productores siguieron con suma atención los movimientos de esos tres ilustres personajes, esperando alguna chispa que pudiera encender un incendio.
Pero nada de ello sucedió sino todo lo contrario: dentro de una refrigerada carpa blanca, a salvo de los rayos del sol, todos compartieron un almuerzo al que se sumaron incluso varios diputados del PRO, como el ex cómico Miguel del Sel o el ex árbitro Héctor Baldassi, y de la Coalición Cívica, como Adolfo Prat Gay. También se sentó a la mesa a compartir el asado el mítico “Tula”, autoproclamado “el bombo mayor del peronismo”.
Su razonamiento fue rústico pero directo: “Si Cristina (Kirchner) hace todo tan mal, ¿cómo quiere que todos los demás no terminen juntos?”.
Muchos productores se pellizcaban, pues no lo podían creer. Más allá de algún reproche, ninguno insultó o agredió a quienes seis años atrás estaban en veredas enfrentadas.
“Yo sabía que esto iba a suceder y que finalmente Cobos y Lousteau iban a estar junto a nosotros”, bromeó el diputado formoseño Ricardo Buryaile, quien en aquel momento era vicepresidente de CRA y figura de peso en la Mesa de Enlace. Los tres llegaron juntos a Expoagro en el mismo auto. “Podríamos escribir un libro con las historias que se contaron dentro”, señaló Cobos.
“En la Argentina hay que cambiar los modos de discusión. En aquel momento los modos estuvieron mal de todos lados, porque hubo muchas oportunidades en las cuales el conflicto pudo ser resuelto”, evaluó Losteau, flamante diputado por UNEN, a la distancia.
“Yo lo he dicho en más de una oportunidad: el campo es una de las industrias fundamentales de nuestro país y hay que dejarlo producir, darle las condiciones para que produzca”, señaló un Moyano contemporizador, que vaticinó a viva voz el fin del ciclo político. “Este gobierno es poco creíble y por más que insista, el relato está acabado”.
Entretanto, Cobos sacaba a relucir su chapa de presidenciable. “Lo importante ahora es que se puede construir un futuro distinto”.
Otro viejo conflicto político también comenzó a saldarse ayer en la Expoagro. La diputada Patricia Bullrich, que fue ministra de Trabajo de la Alianza y mantuvo duras peleas con el sindicalismo, saludó muy cordialmente a Hugo Moyano, quien la había bautizado entonces como “La Piba”.
Expoagro, que sigue hasta el próximo sábado en el establecimiento El Umbral en el kilómetro 214 de la ruta 9, es un imán para los visitantes extranjeros. Ayer los primos chilenos Ignacio y Juan Martínez con explotaciones en la región de Concepción, eran algunos de los entusiastas en la maquinaria agrícola de punta. Mientras recorrían los stands comentaban a los contratistas locales que la financiación al otro lado de la cordillera no es un problema. Los paraguayos y brasileños, presentes en buen número en la exposición, se mostraron más interesados en los avances en semillas que ya son un traje medida para cada suelo.
En el cielo, el avión continuaba con las piruetas. En la tierra, las hábiles maniobras las hacían las sembradoras y las modernas cosechadoras.
Fiel reflejo del sector que exhibe, la Expoagro demostró una vez más que da para todo y tiene lugar para todos. Mostró que los productores, más que enredarse en el pasado, siempre prefieren mirar para adelante.