Recursos forrajeros

¿Cómo recuperarse de la sequía?

La sequía que afectó gran parte de la Cuenca del Salado ha provocado una reducción en el stand de plantas en la mayoría de las pasturas perennes.

Ante esta situación debemos asumir que su productividad invernal se verá afectada, por lo cual será necesario reformular nuestro balance forrajero ya sea aumentando la superficies destinada a verdeos de invierno, utilizando forrajes conservados, comprando suplementos y/o ajustando la carga animal. Para hacer un uso eficiente de los recursos deficitarios es fundamental ordenar el rodeo, separando los animales por categorías de acuerdo a sus requerimientos nutricionales, descartar los animales improductivos, destetar los terneros anticipadamente y ajustar la carga, atendiendo en primer lugar las necesidades de los vientres preñados, que serán los que van a asegurar la continuidad productiva del establecimiento.

La recomposición de régimen hídrico luego de una extrema sequía posibilita una rápida recuperación de los recursos forrajeros debido al remanente de nitrógeno disponible que queda en el suelo mineralizado y no utilizado durante el verano seco. Sin embargo, en algunos casos la afectación de los recursos forrajeros suele ser muy grave y debemos pensar en aplicar algunas de las alternativas tecnológicas que están a nuestra disposición como siembras de verdeos, pasturas, fertilizaciones estratégicas, controles de malezas, intersiembras, etc. De persistir la condición hídrica favorable cualquiera de estas intervenciones tendrá un efecto muy positivo y permitirá en parte mitigar futuras perdidas que podría ocasionar la escasez de forraje ocasionada por la sequía.

A continuación se mencionan impactos negativos provocados por la sequía sobre diferentes recursos forrajeros y posibles alternativas de recuperación.

Pasturas perennes

En pasturas base alfalfa, si hay pérdida de gramíneas podría intersembrarse cebadilla o raigrás. Para ello hacia mediados de marzo debería pastorearse intensamente la alfalfa y luego realizar la intersiembra teniendo en cuenta que es una técnica con resultados erráticos. En caso de que la alfalfa quede con buen stand de plantas puede manejarse como monocultivo, con las precauciones que requiere. Es muy importante el monitoreo y control de las malezas que van a avanzar sobre el suelo descubierto.

Si hay raleo de plantas en pasturas nuevas puras de alfalfa, primero se debe evaluar el nivel de enmalezamiento y tipo de maleza. Si la pérdida de plantas no fue muy alta y las malezas son de fácil control podría recuperarse en otoño luego de un pastoreo intenso y fertilizar con fósforo. En caso de raleos o enmalezamientos severos o malezas de difícil control (gramilla) deberá renovarse totalmente la pastura a partir de marzo siempre que la condición hídrica lo permita y hayamos controlado las malezas, para lo cual sería importante romper el ciclo de estas malezas con una secuencia de verdeos, para luego volver a alfalfa. No sería aconsejable su resiembra inmediata debido al peligro de alelopatía de la alfalfa sobre plantas de su misma especie.

En pasturas de base gramineas también es aconsejable evaluar inicialmente la pérdida de plantas. Si el stand de gramíneas no es muy bajo, controlar las malezas que el espectro de herbicidas selectivos permita, luego intersembrar con raigrás o cebadilla y fertilizar con urea una vez nacida la pastura. Si la perdida de la gramínea es muy alta y/o el enmalezamiento muy severo deberá reemplazarse la pastura por un verdeo (avena o raigrás).

Si las leguminosas que integran la mezcla se perdieron pero se conservan las gramíneas, habría que realizar un pastoreo intenso a fin del verano para remover el material muerto que haya quedado, descansar el lote durante el otoño y fertilizarlo con urea pensando en favorecer a la gramínea que nos aportará forraje durante el invierno. En caso de ser necesario realizar un control de malezas. Si el régimen hídrico se recompone es probable que aparezcan trébol blanco y/o lotus natural, especies que pueden favorecerse a través de una refertilización con fósforo. También podría intersembrarse la leguminosa luego de un pastoreo intenso, aunque la experiencia demuestra resultados muy erráticos.

En pasturas de especies megatérmicas, normalmente utilizadas en lotes con problemas severos de salinidad-alcalinidad, se producen problemas de implantación. Si el logro es nulo evaluar la posibilidad de implantar un agropiro, si el logro es regular dejar cerrado el lote y evaluar su resiembra recién durante la siguiente primavera. Si el lote no es muy limitante, es probable que se enmalece y las pocas plantas logradas se pierdan por competencia por lo cual debería también evaluarse la posibilidad de implantar un agropiro para no perder el año, o sembrar un verdeo de invierno tipo avena o raigrás con menor expectativa de rindes respecto de un lote bueno, y en la siguiente primavera evaluar la resiembra de la pastura.

Verdeos de Invierno

La siembra temprana de Avena es una buena alternativa para lograr buen volumen de forraje temprano luego de un verano seco. Este es el verdeo más rápido en implantarse y el más rústico ante una sequía. Además de la avena, en el sur de la región se está utilizando mucho la cebada que ha demostrado ser muy resistentes a la sequía y frío.

El raigrás anual junto a una adecuada fertilización nitrogenada ha dado muy buenos resultados en el norte de la región, mientras que hacia el centro-sur se destaca la avena y la cebada. En condiciones de otoños e inviernos secos la avena se convertiría en una alternativa de las más recomendables para iniciar el pastoreo y podría complementarse con siembras de raigrás, de producción un poco más tardía. También han dado buenos resultados el triticale y el centeno, aunque la experiencia zonal en el cultivo es mucho menor.

Forrajes Conservados

En veranos secos frecuentemente fracasan los cultivos que se destinarán para reservas invernales y normalmente no hay excedente de forraje primaveral en pasturas para henificar. En estos casos, se debe evaluar la posibilidad de destinar a silaje cultivos que fueron sembrados con el objetivo de cosecha de grano y tienen una baja expectativa de rendimiento. Esto permitirá además liberar el lote temprano para la siembra de un verdeo invernal.

Administrar los recursos escasos de la forma más eficiente, suministrando sólo lo necesario cada día para evitar desperdicios. Evaluar la posibilidad de compra de grano de maíz o afrechillo de trigo para suministro estratégico (0,5 % del PV, para mantenimiento en vacas o pequeñas ganancias de peso en recría), por calidad, economía y practicidad. El grano de maíz, en estas cantidades, además mejora el aprovechamiento del forraje. Utilizar los verdeos como suplementos con pastoreos por horas. Enrollar rastrojos de soja, para la alimentación invernal de categorías de bajos requerimientos (vacas secas). También debería evaluarse la conveniencia de fertilización nitrogenada, en algunos casos el forraje extra es mas barato que alimentos comprados (henos, balanceado, afrechillo, etc).

Si el silo que se realizó tiene una baja cantidad de grano, no sería un inconveniente grave para las vacas de cría. Podría evaluarse la compra de un concentrado energético (maíz) para suministrar con el silo si la categoría animal lo requiere.

Cultivos diferidos

Podemos recurrir a cultivos que tenían destino agrícola, y que por estar muy afectados por la sequía puedan ser aprovechados como forraje, o directamente sus rastrojos. Pueden ser cultivos/rastrojos propios o de lotes vecinos con quien se arregle un precio de compra por hectárea que esté en relación con los costos de implantación del cultivo. En caso de diferir cultivos o utilizar rastrojos, pastorearlos con animales de bajos requerimientos, en franjas diarias pequeñas evitando la selección, para lograr un aprovechamiento eficiente y evitar el pisoteo y desperdicio.En casos de lotes donde se haya observado semillazón de raigrás promocionarlos utilizando herbicidas.