Luchar contra el atraso un desafío nacional
El Gobierno alista una reforma para dar acceso tecnológico a los agricultores para ser eficientes; en los últimos 10 años, el crecimiento promedio anual del sector agrícola fue de sólo 0.9%.
Acceso tecnológico y programas de políticas públicas para apoyar a los pequeños productores serán las medidas que buscará poner en marcha la reforma al campo mexicano que prometió hace unos días el presidente Enrique Peña Nieto, dijo Jesús Aguilar Padilla, subsecretario de Agricultura de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Con ello también se pretende elevar el uso de semillas mejoradas para tener un mejor rendimiento y tecnificar a más de un millón de hectáreas en el sexenio, pues hasta el momento la evolución del sector agrícola nacional ha dejado mucho que desear.
"La intención es generar las condiciones para generar una soberanía alimentaria, es decir, producir el 65% de los alimentos que se consumen en México y sólo importar el resto, estamos muy cerca de eso, ya que en promedio en los últimos año hemos producido cerca del 60%, falta por hacer, pero requerimos incrementar la producción, ampliar el uso de semillas mejoradas para tener mejor rendimiento y producir fertilizantes nitrogenados y tecnificar a más de un millón de hectáreas en este sexenio", explicó Padilla.
En los últimos 10 años, el crecimiento promedio anual de esta industria fue de sólo 0.9%, un ritmo débil y rezagado frente a otras actividades económicas como el comercio, que presentó aumentos de 3.7% promedio anual o bien frente al Producto Interno Bruto (PIB) total nacional que fue de 2.6%, muestran datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Durante los primeros nueve meses de 2013, el valor del sector agrícola como actividad económica fue de 315,581 millones de pesos, que representan tan sólo 2% del PIB, una proporción menor a la que se tenía hace 20 años, previo a la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) cuando las actividades agrícolas tenían un peso de 2.4% en el PIB.
La volatilidad se refleja en su comportamiento errático y sin una tendencia clara. Las últimas cifras disponibles al tercer trimestre del año pasado indican que el PIB agrícola tuvo un crecimiento de 0.9% a tasa anual, mientras que en el mismo periodo del año previo la expansión era de 9.9%.
"El sector agrícola se estancó en los últimos 12 años, y prácticamente se encuentra partido en dos, el de las hortalizas, frutas, aguacates, que es competitivo y tecnificado, y que va del norte al bajío. Pero cuando se habla del bajío hacía el sur, el escenario es más de subsistencia y autoconsumo con producción de maíz, frijol, cebada", señaló Jesús Aguilar Padilla.
El funcionario agregó que una reforma del campo promovería el acceso tecnológico y de políticas públicas, para integrar a los pequeños y medianos productores a las cadenas de valor.
"Buscamos aprovechar las ventajas comparativas de los productos y a su vez generar ventajas competitivas para producir bienestar y ser autosuficientes en la parte alimentaria, pero lo más importante es integrar a pequeños y medianos productores a las cadenas productivas, contar con productores con mayores ingresos y un abasto a precios accesibles para todos los mexicanos".
El reto de la reforma generar una soberanía alimentaria que mantenga la competitividad de algunos productos y eleve la productividad en los sectores donde hay rezagos, dijo el subsecretario.
Para Guillermo Torres Carral, investigador de la Universidad de Chapingo, el campo tiene un rezago de varias décadas y requiere de apoyos para los pequeños y medianos productores a fin de generar competitividad.
"El comportamiento del campo no es homogéneo, hay áreas muy competitivas tanto para consumo interno, como para la exportación. Grandes empresas como Maseca, Bimbo o Coca-Cola siguen avanzando en su desarrollo empresarial, por su vínculo con el campo, pero por otra parte los pequeños y medianos productores siguen rezagados".
Añadió que para generar una mayor competitividad es necesario dar apoyos económicos a los productores, generar tecnología altamente eficiente accesible en pequeña escala y diseñar esquemas de subsidios que lleguen a los pequeños agricultores y no sólo a los grandes corporativos.
Para el docente de la Universidad de Chapingo, los pequeños productores no sólo enfrentan el rezago y falta de competencia, también la inseguridad y el narcotráfico como un factor que inhibe el aprovechamiento de la tierra y el bienestar de quienes trabajan en ella.
"El gran problema que se enfrenta es la pobre materia de recursos agrícolas y la poca tierra apta para el cultivo que existe en el país de tan sólo 20 millones de hectáreas, para ello se necesita un mayor ahorro de los recursos naturales, frenar la erosión, impulsar el mejoramiento genético y luchar contra el monocultivo " explicó Torres Carral.
De acuerdo con cifras oficiales, al tercer trimestre del año anterior existían 2.1 millones de personas que trabajan en la agricultura de autosubsistencia, lo que significa un incremento de 96,000 respecto al mismo periodo del año previo y que representa el 4.4% de la población ocupada.
Gabriel Martínez, investigador de Políticas Pública del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), comentó que el problema del campo son las zonas que quedaron atrás en competitividad.
"Hay sectores y regiones del campo en México en donde entró la inversión, la tecnología y la competencia, mientras que en otros fue nula y es ahí donde la pobreza y rezago se asocian con el campo, la actividad agrícola se volvió intensa en capital y hay mucho mejor tecnología para producir alimentos", expresó.