Genética de precisión
La muestra permite observar la genética de avanzada que tiene hoy la ganadería del país. La genómica es clave en la tecnología para seguir creciendo
Esta semana, como todos los inviernos, en Palermo se volvieron a ver las boinas, pañuelos y botas de los amantes de la ganadería. Es que La Rural es el principal evento de esa actividad y es fundamental para sus referentes estar presentes con lo mejor que tienen. Durante algo más de dos semanas, sus pabellones y sus pistas se convierten en una radiografía ganadera argentina.
Lo que se ve es un sector que avanza a paso firme a pesar de los contratiempos. Atrás quedaron los cimbronazos que llevaron al achique del sector, y hoy el negocio camina hacia la recomposición del stock, con números que potencian la actividad y hacen factibles nuevas inversiones.
Según cifras oficiales, la faena registrada en los primeros cinco meses de este año fue 5% mayor a la del mismo período de 2011. En miles de toneladas, la producción creció 3% y los precios promedio del novillo aumentaron 16% en un año. Es volver a crecer, aunque podría ser mucho más.
Por eso, no sorprende que las razas hayan poblado La Rural con sus mejores animales.
Angus, la principal raza bovina del país, está presente en Palermo con 433 reproductores, de unas 90 cabañas. Alberto Guil, presidente de la Asociación Argentina de Angus, destaca que se trata de un número que refleja “el crecimiento permanente de la raza y el buen momento de la ganadería en general”.
Este negocio, hoy, va mucho más allá de lo que se percibe a simple vista. Los colores y el olor son los mismos de hace 130 años, pero los productores de punta, que son justamente los que se dan cita en Palermo, están hablando un idioma diferente: el lenguaje de la genética.
La investigación del ADN bovino es el motor invisible que impulsa toda la maquinaria. A través del procesamiento de información cada vez más completa y precisa, los productores y las asociaciones buscan acercarse a los animales ideales.
“El productor argentino está buscando animales con bajo peso al nacer y un rápido crecimiento, que permitan producir una cantidad y una calidad de kilos de carne superior”, dice Guil.
Entre las prioridades de Angus en materia de genética también se encuentra la búsqueda de una mayor terneza.
“Prácticamente todos los animales que vienen a Palermo lo hacen con índices de terneza. Buscamos un animal moderado que no se vaya en kilos de terminación. Podemos producir un novillo que esté entre los 400 y 500 kilos de acuerdo con las necesidades que tengamos. El consumo interno exige animales más livianos y la exportación pide animales de 500 kilos, y con Angus podemos producir para ambos mercados”, asegura Guil.
La conjugación de dos necesidades distintas dadas por el mercado interno y la exportación es un problema que mantiene entretenido a todo el sector. A pesar de que las exportaciones argentinas cayeron estrepitosamente en los últimos tiempos -según el MinAgri, desde el período enero-mayo 2011 al período enero-mayo 2012 las ventas al exterior disminuyeron 42%- los productores locales siguen soñando con volver a colocar sus cortes en todos los restaurantes del mundo.
Por eso, Juan Bullo, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Criadores de Hereford, no duda en destacar que esa raza “tiene un biotipo muy definido, útil para el mercado interno y para la exportación”. Este año, según información de La Rural, esa raza llevó hasta Palermo 148 animales de 38 cabañas.
“Nuestro objetivo es producir animales que tengan aptitud para cruzar. Hereford es una raza muy plástica, que puede producir animales livianos o pesados. Creo que la Argentina debería estandarizar el tipo de novillo llevándolo a un mayor peso con una mayor tasa de extracción que sea útil tanto para los mercados internos o externos”, explica Bullo.
Y agrega que el tema más importante que impulsa Hereford en la Argentina es la incorporación del estudio del genoma de los animales a partir de la utilización de marcadores genéticos, para aumentar la precisión de las investigaciones. “El mundo, con el estudio del genoma, va a acortar camino en la selección genética de los grandes reproductores”, remarcó.
La genómica también es una prioridad para los criadores de Braford, una raza que pisa cada vez más fuerte gracias al crecimiento ganadero del norte del país. Agustín Arroyo, director ejecutivo de la Asociación Braford Argentina, explica que los datos de DEPs (Diferencias Esperadas entre Progenie) se siguen utilizando, pero cada vez más se hace una selección temprana a través de la genómica, como complemento.
Los objetivos de selección dentro de la raza son la fertilidad y el crecimiento, sobre todo en los animales destinados al consumo.
Arroyo dice que este año hay inscriptas en Palermo 107 cabezas Braford, de unas 30 cabañas. “Los principales beneficios que ofrece esta raza son su excelente adaptabilidad a las condiciones productivas del centro y norte del país. Por eso hay un aumento en la cantidad de cabañas, no sólo en las provincias del NEA, que son la cuna de su desarrollo, sino también en el NOA y las regiones semiáridas de los llanos y Cuyo”, destaca Arroyo.
Y agrega que la alta demanda por esa raza se reflejó en los buenos precios de los reproductores machos y hembras observados en los remates del primer semestre. “La exposición nacional de Braford, que se realiza en los primeros días de junio en Corrientes, es el evento más importante para la raza y marcó un arranque auspicioso. Se vendió el 50% del gran campeón macho en 320.000 pesos, un récord histórico para todas las razas”, comenta.
Muy cerca de ellos, sus primos de Brangus también se hacen notar en La Rural y se muestran cada vez con más fuerza.
Esta vez, trajeron 153 animales de 38 cabañas, procedentes de ocho provincias distintas. Facundo Rivolta, director de la Asociación Argentina de Brangus, destaca que hay 10 animales más que el año pasado y que la raza aun tiene mucho margen para crecer, ya que “se trata de una raza sintética que combina en su justa medida precocidad, fertilidad y calidad carnicera, con rusticidad y con buenas producciones, especialmente en zonas marginales con climas tropicales y subtropicales, a donde se ha desplazado gran parte de la ganadería en las últimas décadas”.
En definitiva, en La Rural, las razas bovinas defienden orgullosas sus camisetas y estandartes. Y está claro que hoy todas se animan a apostar al futuro para seguir creciendo.