EEUU

Altas temperaturas complican cultivo de soja

Preocupan las faltas de lluvias para el cultivo de la soja

7 Oct 2013

El panorama climático y, por ende, el desarrollo de los cultivos en los Estados Unidos cambió dramáticamente en el último mes de agosto. A la carencia de precipitaciones se sumaron muy altas temperaturas que tuvieron un impacto no deseado sobre ellos.

Si bien no se puede comparar con la fuerte sequía del año pasado, que tuvo especial importancia en el maíz que vio reducida su producción en más de 100 millones de toneladas, la falta de lluvias adecuadas tuvo más impacto en la soja, donde se ajustaron las cifras de rendimientos y producción.

Ello se da en un esquema muy ajustado de oferta y demanda en ese país que debía consolidar una muy buena producción no sólo para generar un nivel de exportaciones acorde con la creciente demanda mundial, sino para recomponer una situación de stock muy reducida.

El próximo informe del mes de octubre se espera con mucha ansiedad, dado que es factible que se realicen nuevos ajustes en los rendimientos medios y, por ende, en la producción final que se estima será menor que la del ciclo anterior, con el fuerte impacto que ello traerá aparejado en los mercados de todo el complejo.

A esto se suma una marcada incertidumbre en cuanto al desarrollo climático en Sudamérica. 

Tanto en gran parte de la región productiva argentina como en el noroeste brasileño, se observa una falta de lluvias importante que hace temer la temprana implantación de esta oleaginosa y la concreción de buenos rendimientos y producción. 

Ambos factores permitieron que los precios mundiales de la soja cambiaran la tendencia negativa que venían presentando hasta mediados del corriente año. 

Ello se reflejó en el mercado local tanto para la mercadería disponible como para las posiciones futuras, coincidentes con la salida de la nueva cosecha.

De valores que fluctuaron en torno a los 300 dólares la tonelada, para la mercadería disponible, hacia mediados de agosto pasado, al cierre de septiembre se ubicaban por encima de los u$s 345 la tonelada. 

Algo similar se vio en el mercado a término, donde la posición abril de 2014 que había llegado a los u$s 265 la tonelada se negocian actualmente en torno a los u$s 300 la tonelada. 

Lo expuesto explica en gran medida la demora en la venta de la soja de vieja y nueva cosecha por parte del productor. 

Hacia mediados de septiembre, las ventas totales del ciclo actual alcanzaban el 70% de la producción versus el 80% del año anterior. 

Ello aún es mayor en cuanto a la mercadería sin precio efectivo que supera los 17,5 millones de toneladas, es decir el 36% de la producción de este año que se estimó en 49 millones de toneladas.

Sin duda, la expectativa de precios en alza, sumada a las microdevaluaciones permanentes de la divisa norteamericana y la incertidumbre político-económica que vive el productor, influyó negativamente a la hora de decidir la venta de su mercadería.