Estudian el uso de biorreguladores en la producción de arándanos
Un equipo de investigación estudia los efectos de los biorreguladores en la maduración y calidad de los arándanos. Busca implementar tecnologías innovadoras que optimicen la calidad y potencian los rendimientos de esta fruta.
Argentina cuenta con más de 30 años de experiencia en el cultivo de arándanos y con una superficie de producción que abarca alrededor de 2.100 hectáreas distribuidas en varias regiones. Entre Ríos, en particular, se ha consolidado como un punto estratégico gracias a su cosecha temprana, que comienza en julio.
Fernanda Rivadeneira, especialista del INTA Concordia, explicó que, para mantener la competitividad en los mercados internacionales, "es crucial la búsqueda de estrategias para asegurar la calidad de la fruta, tanto en sabor como en tamaño y valor nutricional".
En relación con la implementación de tecnologías que optimicen la calidad de los arándanos y potencien sus rendimientos, la especialista indicó que, desde el INTA Concordia, se estudian los efectos del uso de biorreguladores en la maduración y calidad de estos frutos.
"Los biorreguladores son compuestos que, al aplicarse en bajas concentraciones, pueden imitar o modificar las hormonas vegetales que regulan el crecimiento y desarrollo de las plantas. Aunque no son esenciales para la vida de la planta, su uso puede influir de manera significativa en aspectos como el tamaño, el peso y el período de cosecha de los frutos", puntualizó.
"Desde el INTA, lo que se estudia son los efectos de biorreguladores como etileno, citoquininas y auxinas, tanto los producidos por la planta como los aplicados externamente. El objetivo es determinar cómo estos compuestos afectan la maduración, la firmeza, el tamaño y el valor nutricional del fruto de arándano", explicó Rivadeneira.
En cuanto a los desafíos que presenta esta investigación, la especialista indicó que la efectividad de los biorreguladores puede cambiar según la variedad de arándano y la región de cultivo. "En la Argentina, se están realizando ensayos con las variedades Snowchaser y Emerald, reconocidas por su alto rendimiento y calidad", indicó, y agregó: "Los primeros resultados indican la presencia de biorreguladores internos actuando en los distintos estadios de crecimiento y maduración del fruto. A su vez que aplicaciones de estos biorreguladores modificaron los niveles de algunos metabolitos clave como azúcares, ácidos orgánicos y aminoácidos, que son determinantes para el sabor y la calidad del fruto".
Este estudio se realiza en el marco de una tesis doctoral y se enfoca en investigar cómo los biorreguladores pueden modificar los tiempos de maduración del fruto. "Esta investigación permitirá a los productores, aplicar estrategias de manejo diferencial para cada variedad, adaptándose así a las condiciones de exportación y almacenamiento de la fruta", señaló.
Por otro lado, Rivadeneira enfatizó que "el objetivo final de este estudio es proporcionar información valiosa tanto para investigadores como para productores, permitiendo optimizar el uso de biorreguladores en la producción de arándanos". Esto no solo busca mejorar la calidad del fruto, sino también hacer más eficiente el proceso de cosecha, aumentando el tamaño del arándano, que es una característica altamente valorada en los mercados internacionales.
"Los hallazgos de esta investigación son fundamentales para obtener una fruta más competitiva en términos de calidad y sostenibilidad. Además, contribuirán a expandir el conocimiento sobre el papel de los biorreguladores en la fisiología del fruto, un área que aún está en exploración en el campo de la bioquímica vegetal", concluyó.