Un forraje de calidad nace en la cosecha
La tendencia principal es cortar las alfalfas con segadoras con discos de cuchillas cortas que posean acondicionador
La realidad actual de la ganadería indica que para ser rentable se debe aumentar la eficiencia de uso del recurso tierra, que en el caso de producciones de carne y leche obligan a lograr un 90% de eficiencia de aprovechamiento de las pasturas, alimento fundamental y característico de nuestra carne.
Estos porcentajes son posibles de alcanzar solo con la mecanización de la cosecha del forraje, ya sea para silo o heno dado que con el pastoreo rotativo no se logra superar valores del 55-60 % de eficiencia de cosecha. Este marco posiciona hoy a la ganadería frente a un cambio tecnológico donde el animal debe comer una ración diaria balanceada con el máximo confort animal. En este camino, la tendencia principal es cortar las alfalfas con segadoras con discos de cuchillas cortas que posean acondicionador y que ese material sea hilerado con rastrillos accionados por toma de potencia, para luego ser henificadas con el menor tiempo de oreado y con enfardadoras prismáticas gigantes de 500 kg. Está claro que esta tendencia sería la propuesta para lograr la máxima eficiencia en cuanto a eliminar pérdidas de cantidad y calidad de forraje; con rotoenfardadoras de nueva generación también se pueden obtener henos de buena calidad.
Alta tecnología en el segado
Las segadoras son máquinas que si bien existen en el mercado desde hace varios años, todavía no lograron una adopción masiva y eso se debe principalmente al costo que poseen, respecto de las cortadoras tipo hélice.
El trabajo que realizan es muy eficiente y tienen muchas ventajas respecto de sus competidoras, las hélices. Entre otros beneficios, las segadoras posibilitan una mejora en el rebrote de la pastura, ya que el corte es muy similar al que realizaría una tijera. Esto mejora la cicatrización de la planta y por ende el uso de la energía para el nuevo brote y no para la herida producida por un corte que arranca y deshilacha.
Foto N° 1: Tambor de corte de segadoras com pequenas cuchillas de buen filo.
Otro beneficio es la menor pérdida de hoja por producir mínimo repicado (menor pérdida de nutrientes) y si esto sumamos el uso de los acondicionadores que disminuyen en un 50% el tiempo de oreado en el campo que necesita la pastura, principalmente de los tallos, las ventajas son realmente claras y de importancia.
Las segadoras tienen una desventaja importante a la hora de competir con las cortadoras tipo hélice y se resume en un factor preponderante que es el costo de adquisición de la máquina. Las cortadoras de hélice valen un tercio pero realizan un corte agronómicamente muy malo, pensando tanto en la calidad del forraje, con cierto porcentaje de repicado y también para el rebrote de la pastura que se demora en el tiempo. Todo esto genera una productividad inferior cuando se trabaja con estos implementos. Puede existir una diferencia de más de un corte por año.
El corte es la primera etapa del proceso de henificación, a partir de allí la pérdida de calidad es inevitable, pero si se ajustan los factores se puede llevar a su mínima expresión. Se debe evitar trabajar con sistemas de corte ineficientes o desafilados que no producen un corte neto, o mal regulados que pueden provocar un repicado del forraje con pérdida de hoja, fundamentalmente en heno de alfalfa.
Una vez cortada la pastura, es importante tener en claro que las pérdidas de calidad ocurren cuando el forraje continúa respirando. Esto es debido a que la respiración es un proceso de oxidación en el que se consumen azúcares, que en definitiva no llegarán a la boca del animal, se deteriora de esa forma la calidad final del forraje conservado. Dado que las pérdidas por respiración del forraje son bastante considerables desde el corte hasta que la humedad desciende al 50%, donde comienza a disminuir por muerte celular.
Para que el secado sea rápido y las pérdidas mencionadas mínimas es importante el trabajo de los acondicionadores, tal como se menciona más arriba.
Existen dos tipos, mecánicos: los que son específicos para leguminosas, que trabajan produciendo quebraduras en los tallos de las plantas, esto lo logra mediante el paso de la misma entre dos rodillos acanalados de goma o metal. Poseen estrías helicoidales o lineales y una separación entre ambos que permite quebrar los tallos sin llegar a aplastarlos. La intensidad de acondicionado se realiza mediante un tornillo que permite variar la distancia entre rodillos.
Cuando se trabaja con gramíneas, el sistema empleado es diferente: el acondicionado lo produce un rotor con dedos que impulsa el forraje contra el peine que lascera la cutícula de tallos y hojas, favoreciendo de esta forma la pérdida de humedad del forraje. En este caso la mayor o menor agresividad del trabajo se regula mediante la variación del ángulo de ataque del peine.
Fotos N° 2 y 3 Acondicionadores de dientes, especial para gramíneas.
Fotos N° 4 y 5: Acondicionador tipo rotor acanalado, especial para leguminosas y pasturas consociadas.
Extractado y adaptado del material técnico de la 4° Jornada de Forrajes Conservados EEA INTA Manfredi