El INTA San Pedro trabaja en la búsqueda de método biológicos que aporten a un suelo sano
La biosolarización, los abonos verdes y los cultivos de cobertura son técnicas que buscan conservar la sanidad global de los suelos para la producción de hortalizas y frutales.
La salud del suelo es un elemento clave para la calidad de los cultivos. Con el objetivo de mejorar la sanidad vegetal y minimizar el impacto de enfermedades, a lo largo de los años se han aplicado diferentes métodos de control. En la búsqueda de alternativas sostenibles, el INTA San Pedro trabaja desde hace más de 20 años en la búsqueda de método biológicos que aporten a un suelo sano como estrategia en la producción de hortalizas y frutales.
Mariel Mitidieri, investigadora del INTA, explicó que, para lograr un mejor equilibrio en el suelo, se manejan distintas herramientas. "El INTA San Pedro rastrea ensayos de solarización que fueron expuestos en 1984. También se realizaron las primeras experiencias en control biológico junto con las del INTA Castelar y, poco a poco, se fueron realizando experiencias en zonas hortícolas como Corrientes, Mar del Plata, La Plata, Salta, Jujuy, Entre Ríos, Mendoza, y Córdoba".
Debido a las características específicas de cada zona, la solarización se realiza en momentos determinados. "En el NOA, el verano es el tiempo ideal para solarizar ya que no se puede cultivar en invernadero. A pesar de ello, la velocidad de mineralización de la materia orgánica es un riesgo y es necesario diseñar herramientas para mantener la salud del suelo", puntualizó la investigadora y agregó: "En zonas más templadas, el verano es el momento de producción de hortalizas de fruto como el tomate y también es el momento en que la biosolarización es más efectiva. Debido a esto, la planificación es esencial para los productores de tomate y pimiento que deseen avanzar en la adopción de estas herramientas". Por otro lado, en La Pampa, región con serias limitantes por la alcalinidad y salinidad del suelo, se trabaja con abonos verdes y cultivos de cobertura, sintetizó.
De acuerdo con Mitidieri, a lo largo de los años, se han ajustado técnicas como los abonos verdes y los cultivos de cobertura, que restauran la estructura del suelo y aumentan su contenido de materia orgánica. "Estas técnicas son especialmente valiosas en fruticultura, donde se utilizan tanto antes de replantar como para acompañar a los árboles ya establecidos, promoviendo un manejo más sostenible y equilibrado del suelo, las plagas y las enfermedades", detalló.
La especialista explicó, además, que, a nivel mundial, el uso de biofumigantes es una técnica ampliamente adoptada. "Se trata de plantas estratégicamente mejoradas para aumentar el nivel de glucosinolatos, que son compuestos naturales del metabolismo de las plantas y que contribuyen a la defensa frente a insectos y patógenos, principalmente presentes en las brásicas".
En línea con esto, Mitidieri indicó que, en EEUU, Australia y Europa, existen variedades mejoradas exclusivamente para usar como biofumigantes. Además, explicó que, la Argentina tiene la primera variedad obtenida para tal fin.
"El primer cultivar de mostaza india obtenido en Argentina específicamente para ser utilizado como biofumigante se denomina SANTA CATALINA UNLP y fue desarrollado en el Instituto Fitotécnico de Santa Catalina, dependencia de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata", precisó y agregó que, en cuanto a los resultados, las investigaciones realizadas durante el período de selección del cultivar han demostrado que la biofumigación con esta variedad "es eficaz para suprimir algunas especies de hongos fitopatógenos, reducir poblaciones de nematodos fitófagos y para inhibir la emergencia y el crecimiento de algunas malezas".
"En el último tiempo, en San Pedro, se han llevado adelante experiencias en el manejo del excedente de cultivos y la gestión de residuos orgánicos de tal modo que existen recomendaciones para evitar la transmisión de patógenos al suelo. Con estas medidas se facilita el reciclado de nutrientes, y la reducción del impacto ambiental", detalló.
Entre las recomendaciones que se brindan para evitar la transmisión de patógenos y plagas que puedan contener los residuos de cultivos, la especialista puntualizó: "Se recomienda realizar un compostado que permita llegar a temperaturas adecuadas para eliminar los propágulos de hongos, bacterias, malezas y también insectos que puedan contener estos materiales", y agregó: "Otra manera de acondicionarlos es chipear y solarizar estos residuos antes de usarlos para biofumigar".
"La biosolarización, al incluir la solarización, resuelve en parte este problema siempre que los residuos se apliquen inmediatamente al suelo y no se dejen tirados cerca de los cultivos nuevos", concluyó.
8vo Simposio Internacional de Biofumigación
En 2004 se realizó en Florencia, Italia, el primer encuentro entre quienes investigan estas técnicas en todo el mundo. Siguieron en Idaho (EE.UU.), Canberra (Australia), Saskatoon (Canadá), Newport (Reino Unido), Stellenbosch (South Africa) y el último debió adaptarse a la virtualidad en plena pandemia, en Suiza. Hoy, dos décadas después, del próximo 21 al 25 de octubre, la Argentina será sede del 8vo Simposio Internacional de Biofumigación, abonos verdes y cultivos de cobertura. El comité organizador está conformado por investigadores de distintas unidades de INTA, Universidades, gobiernos provinciales y especialistas extranjeros de Estados Unidos, Uruguay, México, Cuba, Suiza, España, Italia, Reino Unido y Australia que vienen trabajando desde el año 2021
La sede será San Pedro, provincia de Buenos Aires, con la posibilidad de participar del encuentro de manera presencial y virtual. Las giras técnicas incluirán recorridas en el cinturón hortícola de San Pedro, Zárate, La Plata y el NOA, en Salta y en Jujuy. Se expondrán 83 trabajos científicos. Además, se desarrollarán seis conferencias principales con expositores de Argentina, Reino Unido, Países Bajos, España, Estados Unidos e Italia.
Para cerrar, Mitidieri afirmó: "Siempre admiré a estos investigadores en el mundo que vienen trabajando de manera colaborativa. Son de primer nivel, pero su espíritu solidario constituye un valor incalculable para poder tomar contacto directo con interesados en estas técnicas a lo largo de nuestro país, y en San Pedro en particular".