Restauración de bosques con semillas de ciprés del INTA
En el marco del Plan de Restauración de la provincia de Neuquén, se plantaron 56 cipreses de genética local en un pequeño bosque con riesgo de extinción. Para ello, se utilizaron semillas del banco de germoplasma forestal del INTA Bariloche.
El Grupo de Genética Forestal del INTA de Bariloche cumple un rol relevante para los proyectos de recuperación de los bosques degradados de la región. Por ello, en el marco del Plan de Restauración de la provincia de Neuquén, se plantaron 56 cipreses de genética local en un pequeño bosque con riesgo de extinción. Para ello, se utilizaron semillas del banco de germoplasma forestal del INTA Bariloche.
El proyecto busca contribuir a la conservación de los recursos genéticos de una población de ciprés de la Cordillera (Austrocedrus chilensis) de carácter relictual que se encuentran en el norte de la provincia de Neuquén -en el paraje Riscos Bayos, próximo a Loncopué-, y que contiene un acervo genético muy particular.
En 2021 la Dirección General de Recursos Forestales de la Provincia de Neuquén inició el proyecto "Plan de Restauración de Áreas Degradadas" y convocó al Grupo de Genética Forestal del INTA de Bariloche a participar del mismo.
Para conservar las semillas es necesario orearlas, limpiarlas de impurezas, secarlas de manera natural en un ambiente seco por un par de semanas, colocarlas correctamente rotuladas en bolsas herméticas y almacenarlas en freezer.
El banco de semillas es un resguardo de material genético de origen certificado. Es un método de conservación ex situ, que en este caso sirvió para concretar una acción de conservación in situ, o sea en el propio lugar natural en que vegeta la población a conservar. Más allá de este caso fuera de lo común, desde el INTA se intenta asegurar la disponibilidad de semillas de origen certificado a los viveros que la requieran para la producción de plantines.
La buena preservación de estas semillas permitió germinarlas en 2021, y luego criar los plantines por tres años en el vivero experimental del INTA Bariloche.
En abril técnicos de ambas dependencias plantaron 56 cipresitos de genética local en una clausura de poco menos de una hectárea junto al bosquete natural de Riscos Bayos. "Veintidós años después, los particulares genes de Riscos Bayos volvieron a casa", señaló Pastorino.