Alarma por el maíz
El clima y Spiroplasma habrían hecho un daño superior al que se está manejando. La BCBA redujo la producción estimada a 54 millones de toneladas, pero más de un productor considera que este número deberá ser recortado nuevamente, y no poco.
Las voces de los hombres de campoparecen contundentes. "!Están subestimando la cuestión porque no la conocen!",se queja un productor de Santiago del Estero, que asegura que hay enormes pérdidasde maíz en esta provincia, Chaco y el norte de Santa Fe, por deficiencias dehumedad y el ataque feroz antes nunca visto del dúo Spiroplama/chicharritas. Lasituación no es mucho más aliviada en el NOA, aunque con mejor condición decultivo. Y en Córdoba el golpe de la plaga sería muy importante.
Los posteos en las redes son incesantes, y permiten ver desde la situación complicada de muchos lotes de maíz hasta las imágenes de hospedantes alternativos en que la nube de chicharritas se descubre alarmante. El comentario general es que nada la detiene. No hay control químico ni híbrido que le ponga límites. Hay que recordar que esta enfermedad se cobra mermas de rinde de hasta el 70%, mayormente en mai?ces tardi?os sembrados entre diciembre y enero.
El complejo del achaparramiento del maíz o Spiroplasma es producido por tres patógenos: Corn Stunt Spiroplasma (CSS), Fitoplasma (Maize Bushy Stunt, MBS) y Virus del rayado fino (MRFV). CSS es el de mayor frecuencia de aparición en Argentina. La enfermedad es transmitida por la chicharrita Dalbulus maidis: un hemíptero de 3-4 mm de apariencia traslucida y color amarillo, con las alas más largas que el abdomen de color crema y dos puntos oscuros en el vértice de la cabeza.
El vector tiene al menos cinco generaciones en el norte argentino, que se desarrollan entre los meses de noviembre y mayo. Atraviesa el invierno como adulto en estado de latencia, refugiado en plantas de maíz guacho o gramíneas nativas. Era una curiosidad fuera del norte del país, ahora la han visto haciendo daño incluso en la Cuenca del Salado y el sudoeste bonaerense.
El punto más importante, entonces, es que se ha movido hacia el sur y está complicando los lotes en el núcleo maicero del país. De ahí la sensación de que la merma puede ir más allá de los 2.5 millones de toneladas que recortó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, si bien se trata de una primera aproximación a la realidad.
Por lo pronto, el legislador cordobés Luis Picat presentó un proyecto junto al pampeano Martín Ardohain para que se declare la emergencia agrícola a nivel nacional. Calificó a la situación provocada por la chicharrita del maíz como catástrofe biológica.
"Spiroplasma va a cambiar el mapa productivo del país por unos años hasta que los semilleros encuentren tolerancia/resistencia a la plaga. Pasó lo mismo con el mal de Río IV. Muchos productores aún no dimensionaron sus pérdidas", enfatiza un agrónomo habituado a recorrer el centro del país. Y la situación da para creerle, por cierto.