Por qué se habla de otro dólar agro
El gobierno puede quedarse sin dólares y sin yuanes promediando agosto. Habría un principio de acuerdo con el FMI pero nada garantiza que se cumpla. El tirón hasta las elecciones generales es largo y otra vez suena el campo como el único capaz de sostener este esquema a pesar suyo.
El gobierno puede quedarse sin dólares y sin yuanes promediando agosto. Habría un principio de acuerdo con el FMI pero nada garantiza que se cumpla. El tirón hasta las elecciones generales es largo y otra vez suena el campo como el único capaz de sostener este esquema a pesar suyo.
El último viernes los mercados granarios cerraron envueltos en rumores. Soja en rojo, nadie vende, muchos esperando novedades. Parálisis y desorientación. ¿Por qué el fantasma de un nuevo dólar soja/agro está en la cabeza de todos, especialmente la de los compradores? ¿Por qué se piensa en él a pesar de tratarse de un mecanismo anormal y mayormente contraindicado?
Las piezas clave en esta historia son el desaguisado económico, que ya no tiene chances de ser arreglado en el corto plazo, por un lado, y el Fondo Monetario Internacional, por el otro. En el primer caso la obsesión del gobierno lo ha llevado a devorarse cada dólar que ha llegado a sus manos para sostener una paridad de fantasía. En cuanto al prestamista internacional, demora la entrega de dinero fresco y ha puesto contra las cuerdas al ministro candidato.
La cuenta que se maneja indica que las reservas netas en moneda estadounidense han entrado en terreno prohibitivo, peligroso, casi de no retorno. Entonces la martingala cambiaria se está sosteniendo con yuanes. Cabe recordar que tras su viaje a China, Massa logró que le extendieran el uso del swap a un volumen de yuanes equivalente a unos 10000 millones de dólares.
El punto es que también los billetes con la cara de Mao se esfuman rápidamente. Se calcula que a este ritmo la primera mitad del monto autorizado por Beijing quedará en cero a fin de mes, y si se pagara la obligación con el Fondo para el mes de julio en ese momento (USD 2600 millones), habrá combustible solo para una parte de agosto, ya que se está utilizando el equivalente a USD 110 millones diarios para distintos menesteres. Es decir, un escenario sin dólares y sin yuanes. ¡Bingo!
En esto se basa la idea de un dólar soja/agro para el próximo mes -o quizás arranque antes- en el caso de que el FMI no aporte dinero o lo haga tímidamente. No hay otro sitio al cual esta administración pueda recurrir para obtener dólares. Es el agro, lo demás es puro cuento. Los rumores que circulan hablan de una paridad de entre $380 y $400 para intentar captar buena parte de los 10 millones de toneladas de soja que se cree aun están sin precio. Especulaciones en medio del desamparo.
Las imágenes indican que se está rascando el fondo de la olla. El gobierno viene pasando la gorra allí donde ideológicamente espera encontrar apoyo dada su aparente orientación política. Xi Jinping ya puso lo suyo, si bien no sabemos cuánto va a costarnos su "caridad". ¿Aportará otro tanto una vez que le comuniquen que se patinaron el primer envió en unos pocos meses?
De Lula mucho no puede esperarse, las propias estructuras sensatas de su país le atan las manos. Fernández ha viajado una y otra vez en busca de alguna limosna, sin suerte hasta acá. "Argentina necesita dólares desesperadamente. No es por otra razón que el presidente argentino se reunió cinco veces con el presidente Lula este año. Pero ningún aporte resuelve el problema de tiempo que sufre esta nación", grafica un medio brasileño para reflejar las urgencias de la Argentina.
Es que además saben que quienes habitan nuestro país tienen una fortuna en moneda estadounidense guardada en el exterior o directamente fuera del sistema. "El problema allí no es precisamente la carencia de dólares, sino la falta de confianza en el rumbo de la economía, que los obliga a cambiar sus ahorros en pesos por divisas, pesos que se derriten en proporción a una inflación del 114% en 12 meses", completa la publicación del vecino país.
El punto es que el superministro candidato entró en controversia con el Fondo ante el incumplimiento de todas y cada una de las metas pactadas. La máquina de fabricar billetes destinados a financiar al Tesoro está más activa que nunca. Una semana después de que se emitieran casi $700 mil millones para enfrentar parte de los vencimientos con el FMI, el Banco Central volvió a girarle pesos al Tesoro. Fueron otros $400.000 millones, de modo que pudiera comprar los dólares necesarios para efectuar los pagos de cupones de los bonos soberanos, entre otras cosas.
Se sospecha que no había depósitos del gobierno en el Central con que hacer frente al pago. También que una parte de este dinero se usó para enjugar déficit fiscal. Así, el financiamiento monetario acumulado superó los $1,75 billones, al borde de duplicar el umbral concertado con el FMI para todo el año, al margen de que implica más y más inflación. Incluso se habría recurrido a un artilugio para no aparecer superando el tope de adelantos previstos en la Carta Orgánica del BCRA.
Ni que hablar del nivel de reservas al que se había comprometido esta administración para el mes de junio. Estamos a años luz de la cifra pactada. El rojo del Central se ubicaría en torno de los USD 5000 millones, aunque probablemente esta cifra ya ha sido superada. Los que conocen el tema aseguran que ni vendiendo el oro guardado puede afrontar las deudas que vienen.
Los datos son tremendos. En el primer semestre se perdieron reservas por USD 16700 millones jugando a sostener el dólar oficial, entre otras cosas. Lo que le quedaría al Central no es suyo, es de privados o es deuda externa. Los más memoriosos recuerdan que las reservas ascendían a casi USD 50.000 en 2008, cuando empezaron lenta pero sostenidamente a deteriorarse los números de la economía, y la divisas comienzan a irse a cambio de colocar deuda pública. Hasta 2002, la autoridad monetaria virtualmente no tenía deuda pública en su activo. Hoy se calcula que suma USD 110.000 millones en títulos públicos y adelantos transitorios.
Este es el estado de deterioro que padece la economía argentina. El gobierno quiere llegar a las PASO y luego a la elección general sin profundizar el daño, anestesiando a sus votantes. Y entiende que en ese camino sostener el dólar oficial es clave. Pero se está quedando sin municiones.
Puede ser un nuevo dólar agro, o un recorte de retenciones por un periodo acotado. Los dos tienen potencial para terminar de destruir el mercado de la soja, mientras se le pone la soga al cuello a las producciones que utilizan granos para generar proteína animal o leche.
Ahora se anuncia el viaje de enviados de Massa a Washington para cerrar el acuerdo con el FMI el viernes, según fuentes de Economía. Dicho hasta el cansancio, el organismo no quiere aparecer empujando a la Argentina al abismo, si bien es cierto que en esa senda lo han ubicado sus autoridades más que el prestamista internacional.
Mientras tanto el ministro candidato asegura que "queremos pagarle al Fondo y que se vaya de la Argentina", una rara forma de seducir a quien deberá sacarlo de semejante embrollo, aunque más no sea circunstancialmente.
Salvo indicación específica, los desembolsos del FMI no serían para intervenir en el mercado de cambios sino para evitar un default o dejar de usar los yuanes chinos. No se han anticipado detalles de lo que va a firmarse, pero debería incluir un aporte sumamente generoso, porque en este sistema los dólares se van como entran, incluso si hubiese limitaciones concretas en este sentido por parte del Fondo. Será una meta más a incumplir. Por eso se vuelve a pensar en el campo.