Un tiro para el lado de la ganadería
Hay mucho pseudoambientalista en el primer mundo obstinado en responsabilizar a la vaca del desaguisado generado por la emisión de gases de efecto invernadero. Aquí la opinión de un profesional que les quita la careta.
Hay mucho pseudoambientalista en el primer mundo obstinado en responsabilizar a la vaca del desaguisado generado por la emisión de gases de efecto invernadero. Aquí la opinión de un profesional que les quita la careta.
Hay mucho pseudoambientalista en el primer mundo obstinado en responsabilizar a la vaca del desaguisado generado por la emisión de gases de efecto invernadero. Aquí la opinión de un profesional que les quita la careta.
Luego de escuchar que el gobierno neocelandés ha pretendido cobrar un impuesto a los eructos bovinos, o que el de los Países Bajos aspira a eliminar explotaciones agropecuarias para terminar con las vacas que pastan en ellas, encontrarse con las expresiones del veterinario español Juan Pascual, ciertamente reconforta y ayuda a volver a poner los pies sobre la tierra.
Es que muchas veces los medios del primer mundo obran como caja de resonancia de grupos supuestamente ambientalistas muy poco objetivos, que ponen escasa atención en la quema de combustibles fósiles y otras bellezas por el estilo, pero han elegido a la ganadería como chivo expiatorio de muchas de las tropelías cometidas por la industria en materia de emisiones de gases de efecto invernadero.
Pascual es autor del libro "Razones para ser omnívoro, por tu salud y la del planeta", y un férreo defensor de la ganadería, del tipo que fuere. "Las ventas de aviones privados alcanzaron un récord, se han hecho vuelos como nunca en la historia, pero la culpa es de la vaca", se queja este profesional aludiendo a los problemas ambientales que tratan de imputarle a la hacienda.
Su libro pretende acercar elementos sobre la ganadería para tener una conversación formada sobre lo mucho que aportan los animales a nuestra sociedad, de modo de romper mitos y apriorismos que no por comunes son menos falsos.
Pascual dice que en un mundo sin ganadería no podríamos aprovechar terrenos pobres, no cultivables, donde solo los animales pueden extraer algo de valor y nutrir así a millones de personas. "El ganado consume lo que nosotros no podemos comer: tallos de maíz, peladuras de papas o cítricos, restos de la industria cervecera y muchos más. Sin animales todos estos materiales serían altamente contaminantes, a cambio el ganado los transforma en alimentos".
Sin las vacas tendríamos que sintetizar una mayor cantidad de abonos químicos, pues el 50% del abono del mundo es a base de estiércol animal, producto que aún en amplias regiones se usa incluso como material de construcción o combustible. También genera biogás, que ya es el 10% del gas usado en Alemania.
Sin el aprovechamiento de los animales disponibles no tendríamos medicamentos tan necesarios como muchas vacunas (gripe, fiebre amarilla y otras se hacen a base de huevo), heparina, válvulas cardíacas para trasplantes, ácido hialurónico y muchos otros. Fue gracias al virus de la viruela bovina que se creó la vacuna de la viruela humana. Y fue Eduard Jenner, considerado el padre de la inmunología, quien lideró el control de la primera pandemia que logramos desbaratar.
Sin ganadería muchos productos animales usados en múltiples industrias deberían fabricarse ad hoc, lo que sería asimismo altamente contaminante. Los animales desbrozan el monte, su labor evita incendios. Comiendo productos de origen animal le damos trabaja a mucha gente, en el campo y sus industrias anexas.
La ganadería evita pandemias. La causa principal de éstas es la caza de animales salvajes, así pasaron los virus del SIDA y del Ébola al hombre. "Quien tiene carne barata a su disposición, no sale a cazar murciélagos", ironiza Pascual, que asegura que el 85% del desperdicio alimentario es debido a los vegetales. Los productos animales se desestiman mucho menos.
El veterinario tampoco acepta las teorías sobre la carne procesada y el cáncer; "hay que matizar mucho esa relación, pues es insignificante". Por lo demás conviene recordar que los lácteos tienen un importante papel en la prevención de esta enfermedad. De hecho, no consumir suficientes lácteos es, según el Global Burden of Disease, una asociación de miles de médicos en 145 países, la novena causa de sufrir esta terrible enfermedad.
La abundancia de microplásticos marinos tiene que ver con la ropa sintética. Las fibras animales como lana o seda son respetuosas con el medio. Vestirse con ellas es vestirse de energía solar, define de manera fantástica este profesional.
Desde luego Pascual cuestiona el veganismo como postura de avanzada. Algunos estudios revelan que la carne artificial contamina 25 veces más que el vacuno. "El costo es -y seguirá siendo- prohibitivo. Y desde un punto de vista paisajístico, yo prefiero vacas a tanques de fermentación, qué quieren que les diga". El veterinario asegura que las búsquedas en Google sobre veganismo disminuyen de forma sostenida. "Parece que la tendencia pierde popularidad", afirma.
Pascual cree fundamental que cada persona que conoce el mundo rural, la pesca, la ganadería, se arme de argumentos para tener conversaciones y convencer a parientes, amigos, colegas. "El boca a boca tiene más fuerza que mil campañas de marketing", asegura.
Por último, no puede prescindirse de productos de origen animal salvo que se tomen suplementos. Más de 10 asociaciones médicas desaconsejan dietas sin ellos. Para Pascual, la carne es garantía de vida, significa tener acceso a proteína clave para la familia y el crecimiento de los más pequeños.
En el mundo desarrollado puede ser fácil evitar consumir este producto empujados por modas de escaso sustento científico, pero para millones de personas en el planeta la disponibilidad de proteína animal implica una fuente de alimento segura, rica e inmensamente apreciada. Solo falta defender la idea públicamente y con mayor énfasis frente al embate de los falsos profetas.