Editorial

Creciente repudio hacia el peso

La demanda de nuestra moneda está en el mínimo en 20 años. En abril cae por tercer mes consecutivo. El gobierno emite a destajo un papel que la gente rechaza cada vez más. Es la peor combinación posible

Ninguna novedad si decimos que el argentino ha perdido todo apego por su moneda, sencillamente porque los diferentes gobiernos, y en especial el actual, se dedicaron a despedazarla impunemente, sin pudor alguno, en parte por irresponsabilidad y en parte por ausencia total de pericia en el manejo de la res pública.

En otra jornada de furia, la Fundación Libertad y Progreso dio a conocer un parámetro que confirma lo que se sospecha en la práctica; la gente escapa del peso. Entre nosotros la demanda de moneda local viene cayendo, casi sin pausa, desde hace 36 meses (abril de 2020). Es el proceso de huida del peso más prolongado y agudo desde la salida de la Convertibilidad., y la política monetaria es la gran responsable, aunque se intente distraer con la seca, la pandemia y la guerra en Ucrania.

El indicador de base monetaria a precios constantes (ajustada por IPC) sirve para medir la demanda real de pesos de los argentinos, y permite identificar los procesos de huida de esta castigada moneda. Por ejemplo, al 14 de abril de 2023, la Base Monetaria total bordeaba los $ 5.148.000 millones, lo que representa un aumento del 40% respecto de un año atrás y de más del 13.600% desde enero de 2003. Pero la historia es distinta si se recurre a pesos constantes. Así, para el mismo mes y momento se comprueba que la base monetaria cayó 30% interanual, algo que no se observaba desde las PASO de 2019.

El indicador anotó su tercer mes consecutivo en baja y se contrajo 12,8% de diciembre pasado a la fecha. Desde la salida de la Convertibilidad, el máximo valor de la base monetaria a precios constantes se alcanzó en enero de 2013. A partir de allí se redujo a menos de la mitad (cayó 59%), lo cual refleja el marcado deterioro operado en la voluntad de los argentinos por tener pesos.

Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, pone de relieve una combinación extremadamente peligrosa: crece la emisión de un "producto", el peso, que pierde aceleradamente demanda. Por ende su valor se deteriora muy rápido y da vida a un círculo vicioso que puede llevar a la hiperinflación. La depreciación de nuestra moneda que por estos días atestiguan los dólares no oficiales, inevitablemente impactará en los precios de bienes y servicios en los próximos meses.

Otro economista de la Fundación, Eugenio Marí, termina con el relato oficial. A su criterio, la actual corrida contra el peso obedece a un largo proceso de malas decisiones de política fiscal y monetaria. Cuando se necesitaban niveles austeros de emisión, el Banco Central fue en sentido contrario y mantuvo la maquinita a full para financiar el gasto.

En este contexto, el jueves el BCRA subió las tasas del 78% al 81%; implica una tasa anual efectiva del 119,4% y nos llevaría a una emisión de $1 billón mensual, para honrar los intereses de pasivos remunerados. En 4 meses y medio el Central duplica la base monetaria nominal. Es más inflación y leña al fuego de los dólares no oficiales.

El gobierno sigue sin acertar el camino para calmar al blue y los dólares financieros, a pesar del estropicio causado con los bonos; los rifaron ayer y hoy ya había gente aprovechando el convite. En tanto, los depósitos en dólares cayeron USD 567 millones en el último mes, unos USD 33 millones promedio por día.

El balance del dólar soja al cierre del jueves marca que la autoridad monetaria compró USD 72 millones a $ 300 y vendió USD 28 millones a unos $220. Eso da como resultado una compra neta de USD 44 millones, pero a costa de acumular una pérdida de $ 63.560 millones, al tiempo que lleva emitidos para esta operatoria $ 158.060 millones.

Como broche del jueves, el Indec avisó que las exportaciones cayeron un 22,2% interanual, mientras que las importaciones declinaron 4,2%. La balanza comercial terminó deficitaria en USD 1.059 millones, el peor dato desde agosto de 2018.