Cambia el negocio
La reducción y la desaparición de los grandes grupos y pooles de siembra muestran un reacomodamiento en el negocio de alquileres en campos de terceros
Según un estudio de Zimmermann y Asociados, se estima que fueron liberadas un millón de hectáreas en las últimas campañas, producto de diversos factores.
Entre los que emprendieron la retirada está El Tejar SA, que redujo significativamente la cantidad de ha a alquilar, así este grupo que llegó a sembrar 300.000 ha en Argentina, disminuyó esa área a partir de la campaña 2008/2009 con la seca, y en la última campaña se redujo a 30000 ha, concentrándose en campos propios y trasladando la mayor parte de sus negocios a Brasil, donde mudó su oficina comercial. Otros se fueron del país como el grupo Calyx Agro, mientras que Los Grobo buscaron continuar en carrera a través de asociaciones con otros miembros del negocio como contratistas, dueños de maquinaria, tractoristas y por supuesto productores que siguen confiando en ellos.
El negocio agrícola en nuestro país durante la década pasada sufrió un proceso de transformación que se inició con el alquiler de campos en la zona pampeana para luego trasladarse hacia otras regiones productivas. En los últimos años se dio el proceso inverso, es decir, una retirada progresiva de las zonas extrapampeanas para posicionarse en las regiones agrícolas más tradicionales
Diversos problemas
El modelo de negocio agrícola en campo de terceros (hoy alrededor de un 60% del total) ha soportado en los últimos años diversos inconvenientes como consecuencia de las fluctuaciones de los precios internacionales, la inflación interna, una presión tributaria creciente incrementada el año pasado con el desproporcionado revalúo del impuesto inmobiliario rural en la provincia de Buenos Aires, y una gran variabilidad climática.
En este último rubro se han sucedido grandes períodos de sequía y otros de excesos e inundaciones, que hicieron que en algunos lugares de la pampa húmeda como la zona oeste de Buenos Aires, se registraran cinco fechas de siembra para la soja de primera, con la evidente pérdida de rendimientos a raíz de estos contratiempos. Ante este panorama, un arrendatario desfinanciado debe enfrentar una campaña que se inicia con mucha precaución en sus decisiones.
¿Qué se espera en la actual campaña en el mercado de alquileres?
Mayor oferta por la retirada de los grandes grupos y una demanda con poco apuro en cerrar acuerdos. Los muy buenos campos en la zona núcleo se mantienen estables con relación a los valores negociados en la campaña anterior.
En los campos no tan buenos, los arrendatarios han abandonado esos campos o las negociaciones siguen en curso con diversas propuestas realizadas por los arrendatarios, como una reducción de los quintales pagados la campaña anterior, un mix con una parte fija y otra variable cuando se supere un rendimiento, y acuerdos a porcentaje en campos de menor calidad. Los campos de 200 o 300 ha se alquilan más fácil que los de 1000, según puede observarse en esta campaña
En baja
Con respecto a los alquileres, dependiendo la zona (no se puede generalizar nada), en los Grupos de Comercialización los productores indican bajas del orden del 15% en los alquileres. En algunos casos más y en otros menos. Buscando fijar los precios con el valor de la soja futura en lugar de soja disponible e intentando hacer contratos a porcentaje o “poniendo” un piso en quintales y un variable en función del resultado alcanzado. Como se observa en el gráfico, según Compañía Argentina de Tierras, en el OESTE Arenoso en la última campaña se pagaron 12 qq/ha en promedio y si a ese valor le aplicamos una baja del orden del 15%, en esa región se estarían pagando en promedio 2 qq/ha menos para la actual.
Fuente: Globaltecnos SA sobre la base de Cía. Argentina de Tierras.
Se trata de un negocio que se tiene que ajustar en todo sentido. Hay que evaluar lote por lote, no se pueden generalizar campos por más que se encuentre en la misma zona, ese error le ha costado muy caro a muchas empresas. Hay que hacer ingeniería de alquileres, buscando que el dueño del campo comparta el riesgo con el productor que alquila. Las siembras asociadas o compartidas son una herramienta importante en este sentido.
Reducción de márgenes
Federico Nordheimer, de la inmobiliaria homónima, da su visión del negocio. “La mayoría de los dueños saben que las cosas cada vez están más complicadas para los inquilinos porque los márgenes se van achicando y venimos de 2 campañas desparejas y no muy buenas por lo que sus finanzas no están para arriesgar demasiado y salir a alquilar todo lo que se les ofrece. Estas condiciones apremian a los propietarios que deben evaluar bien la negociación para no correr el riesgo de quedarse sin alquilar el campo.