Este combustible puede revolucionar el mercado de soja
Se llama diésel renovable. El impacto esperado en Estados Unidos es enorme y los precios del poroto podrían subir más de u$s 100 en pocos años. Lamentablemente la harina sería el pato de la boda, un producto clave entre nosotros.
Se llama diésel renovable. El impacto esperado en Estados Unidos es enorme y los precios del poroto podrían subir más de u$s 100 en pocos años. Lamentablemente la harina sería el pato de la boda, un producto clave entre nosotros.
El auge del diesel renovable en Estados Unidos está obligando al farmer a cambiar las variedades de soja que utiliza, incluso los responsables de la operatoria en Chicago empiezan a pensar si deberían reformular la oferta de contratos de futuro.
El punto es que no pocos agricultores del corazón productivo de Estados Unidos están volcándose a cultivares con mayor rendimiento de aceite, clave para elaborar este combustible verde, que podría crecer 8 veces entre 2020 y 2024 en la medida en que distintos países en el mundo se disponen a pelear contra el cambio climático.
La capacidad de producción de diésel renovable de EE. UU. se expandió en más del 90 % este año, a 2.100 millones de galones (7.900 millones de litros), a partir de 11 instalaciones en el Golfo y los estados occidentales, según datos de la Administración de Información de Energía de este país (EIA).
Las empresas de camiones y las aerolíneas estadounidenses están en camino de consumir más diésel renovable que biodiésel por primera vez en 2022. Ambos se volverán cada vez más importantes en la descarbonización del sector del transporte a medida que se pone el foco en el cambio climático y las legislaciones hacia la reducción de gases de efecto invernadero (GEI).
Muchas de las refinerías de petróleo tradicionales en Estados Unidos se están reconvirtiendo hacia plantas de diésel renovable, con renta asegurada vía subsidios. El mercado global de este carburante alcanzaría los 7450 millones de galones por año para 2027.
Hablamos de un hidrocarburo que es químicamente equivalente al diésel de petróleo -mientras que el biodiésel es un éster monoalquílico- y se puede usar como biocombustible directo, transportar en oleoductos y vender en estaciones minoristas, con o sin mezcla con gasoil convencional. Es un biocombustible producido a base de grasas y aceites hidrotratados, con el aceite de soja como materia principal en el caso de Estados Unidos, aunque puede incluir sebo, aceite de cocina usado, aceite de maíz, aceite de pescado y otros.
Un informe de CoBank sugiere que para satisfacer la demanda proyectada de diésel renovable, Estados Unidos tendría que dejar de exportar soja hacia 2030, mientras siembra 7 millones de hectáreas adicionales, un aumento del 21 por ciento con respecto a los niveles de 2022. La superficie extra de soja se generaría a expensas del área de maíz, especialmente si la adopción de vehículos eléctricos finalmente reduce la necesidad de etanol a base de este cereal.
El analista principal de DTN, Todd Hultman no cree que la situación lleve a terminar con las exportaciones de soja de su país. "Sin embargo, hay que rescatar el hecho de que habrá una competencia por la superficie agrícola a medida que entren en funcionamiento más plantas de diésel renovable. Pero esa competencia también está sujeta a consideraciones agronómicas, como la necesidad de mantener la rotación maíz-soja".
Hultman reconoce que los compradores en los mercados de alimentos y forrajes tendrán que pagar más para competir con los del sector del diésel renovable. La probable escasez de materia prima también podría llevar a cultivar más canola o importar aceite de canola de países exportadores como Canadá. Por lo pronto la Asociación Canadiense de Procesadores de Semillas Oleaginosas pronostica que el sector de biocombustibles de América del Norte consumirá 6,5 millones de toneladas de canola para 2030, frente a los 1,8 millones de toneladas de 2020.
Chris Clayton, editor de Políticas Agrícolas de DTN, considera que los planes de diésel renovable indican precios de soja más altos y mayor superficie cultivada en el mediano plazo; no hay suficiente aceite de soja para todos. Si todo se construye según lo proyectado, los agricultores tendrían que agregar muchos millones de hectáreas de soja y aumentar el rendimiento para mantenerse al día con la demanda de molienda. Para alcanzar las cifras proyectadas, la producción de soja estadounidense tendría que crecer aproximadamente 98 millones de toneladas para 2030.
La lista de instalaciones de diésel renovable propuestas y en construcción es extensa. ADM y Marathon Petroleum Corp. anunciaron que se están asociando en una planta de procesamiento de soja de u$s 350 millones en Dakota del Norte "para satisfacer la creciente demanda de diesel renovable".
El presidente de AgResource Company, Dan Basse, coincide en que un aumento en las nuevas instalaciones de producción de diésel renovable impulsará la competencia por el aceite de soja. "Hoy están ofreciendo un incentivo de u$s 4 por galón para producir diesel renovable. Es por eso que estas plantas están creciendo tan rápidamente". Basse cree que se necesitarán 3.6 millones de hectáreas adicionales para 2025 para ayudar a compensar la demanda, pero reconoce que no visualiza de dónde saldrán, a menos que se liberen del Programa de Conservación. "Las matemáticas te aturden, pero las inversiones se están haciendo", reconoce el especialista.
Rabobank proyecta que la producción de diésel renovable alcance más de 6.100 millones de galones para 2030. Básicamente eso requiere que la producción de soja y otros aceites vegetales se duplique para satisfacer la demanda generada por el biocombustible. En su perspectiva, indica que se invertirán durante los próximos tres años, unos u$s 2.8 mil millones para expandir la capacidad de molienda de soja en los EE. UU., agregando una demanda extra de 8 millones de toneladas de la oleaginosa. Es probable que el sector de alimentos deba tolerar precios más altos con la competencia agresiva por el aceite de soja.
Para poner las cifras de la soja en contexto, el USDA fija la molienda nacional para 2021/22 en 60 millones de toneladas. Rabobank y otros analistas calculan que para satisfacer la necesidad proyectada de 47,100 millones de libras adicionales de aceite de soja, se precisarán 98 millones de toneladas extra. Dice que la superficie cultivada de soja tendría que aumentar en casi 5 millones de hectáreas en pocos años para cubrir la mayor demanda de crushing para diésel renovable sin perjudicar las exportaciones del poroto. Para eso los precios de la soja tendrían que crecer hasta los u$s 660-670 para la temporada 2024/25.
Aún así, para satisfacer el creciente mercado de diésel renovable, EE. UU. todavía tendría que reducir las exportaciones de poroto y aumentar las exportaciones de harina de soja. Para que todo esto funcione, necesitará desplazar la harina de soja de Argentina y empujarnos a exportar más soja sin procesar. Los precios más altos del poroto y los valores más bajos de la harina pesarán mucho en la industria.
Debido a la disponibilidad de soja, el escenario más probable es que no todas las plantas de diésel renovable previstas acaben construyéndose. Hasta que se resuelvan tanto el mercado como las políticas, el diésel renovable pondrá a prueba en Estados Unidos la expansión de superficie, la capacidad de molturación, las exportaciones, y desde luego los precios del poroto en el mercado internacional.