Editorial

Trigo: no pueden dejar afuera al productor

Finalmente se prorrogaron por un año los embarques del cereal. Todos se irán acomodando, pero sería un error olvidar a quien genera el grano. Sin él, el resto de la cadena deja de funcionar.

Finalmente se prorrogaron por un año los embarques del cereal. Todos se irán acomodando, pero sería un error olvidar a quien genera el grano. Sin él, el resto de la cadena deja de funcionar.

Se sospechaba. La información indicaba que el gobierno argentino estaba listo para anunciar medidas que llevarían a permitir que los exportadores de trigo retrasen los envíos acordados, aduciendo su preocupación por la oferta interna (la vieja y muy poco protegida "mesa de los argentinos", aunque el intervencionismo crea lo contrario). Las cuentas son conocidas: 8.8 millones de toneladas comprometidas en declaraciones juradas de ventas (DJVE) que se emitieron anticipadamente ante la requisitoria de una administración necesitada de dólares. De eso, unos 3 millones de toneladas aún no han sido adquiridos por los exportadores.

A eso se contraponen un consumo interno de 7 millones de toneladas, existencias iniciales en torno de los 2 millones de toneladas, y la producción esperada para la campaña, el punto donde nacen las controversias. Contado hasta el cansancio, la Bolsa de Comercio de Rosario habla de 13.7 millones de toneladas, pero muchos privados no creen que se llegue a los 13 millones. Se escuchan incluso cifras mucho más temerarias.

El gobierno estiró el tema en aras de un optimismo de difícil sustento y finalmente acabó aceptando la situación. Una fuente del Centro de Exportadores de Cereales, que representa a las compañías que compran el grano, había dicho ayer a Reuters que las medidas "se publicarán en los próximos días para permitir a las empresas reprogramar las exportaciones de trigo acordadas sin enfrentar la multa normal del 15% que se impone en estos casos".

La misma fuente había solicitado que "si el gobierno lo va a hacer, que lo haga ya, porque tenemos que hablar cuanto antes con los clientes en Indonesia, Marruecos, Argelia, Egipto y decirles que nuestro trigo se ha perdido y renegociar esos contratos".

El tema interesa en todo el mundo. Se cree que fue una de las razones que apuntalaron al trigo en Kansas y Chicago el día de ayer, en una campaña donde los lotes de trigo de Estados Unidos vienen con una condición muy pobre, Ucrania está seriamente complicada para vender su cereal y Rusia lo hace de manera mucho más lenta, impactada indirectamente por las sanciones de Occidente.

Importa especialmente a exportadores como Estados Unidos y Rusia, que piensan en serio aumentar sus ventas a Brasil, si bien las palabras de la exportación podrían hacer suponer que los clientes que se van a sacrificar en esta coyuntura serían otros.

La molinería local, en tanto, esperaba la resolución del tema. Representantes del sector reconocen la necesidad de mecanismos de salvataje desde el Estado para afrontar el gran fracaso productivo. De todos modos más que carencias del cereal visualizan una oferta muy apretada, con un probable recalentamiento de los precios. Aunque no le guste escuchar hablar del tema, nada mal le vendrá la retirada de la exportación de la puja por el trigo.

Es de suponer que la medida de posponer las obligaciones de los exportadores inmediatamente se trasladará a los productores que a esta hora están terminando con aquellos lotes de trigo que ni siquiera vale la pena levantar. Cualquier opción en contrario sería un tiro en el corazón de la base de sustentación de todo el sistema.

Un viejo axioma indica que tarde o temprano alguien cultiva la tierra, muletilla utilizada para olvidar a aquellos que apostaron y perdieron sembrando. Esta vez no se trata de un hecho aislado producto del mal manejo sino de una contingencia climática como no se recuerda, y la lista de damnificados es larga. De algún modo habrá que ayudarlos. Quizás eliminándoles las retenciones a la soja y al maíz que intentarán llevar adelante con los últimos cartuchos disponibles o sumando nuevas deudas. Se aceptan sugerencias.