Poca liquidez y altos costos, una combinación negativa
Con el avance del almanaque, varios indicadores confirman que la campaña de trigo dará lugar a un escenario con pocos cambios en la superficie total implantada respecto del año pasado, muy lejos de los niveles históricos
Más de lo mismo, pese a los altos valores del Disponible. "La semana pasada viajé al sur de Santa Fe por la ruta 7 y se ve un lote preparado o sembrado con trigo cada 40 kilómetros", observa el titular de una agronomía que recibió una cantidad limitada de semilla para vender.
"Esta época es la más fuerte para la venta de sembradoras, pero este año sólo hemos concretado operaciones con los productores grandes, que se ven obligados a reponer equipo viejos", apunta un concesionario de maquinaria agrícola.
Por su parte, Carlos Castellani, titular de Apache, dice que "2013 es un año regular en ventas". Ubicó más equipos que en el crítico 2012, porque los productores obtuvieron mejores rendimientos que en el año de la seca, pero estuvo por debajo de las ventas de 2011, consideradas buenas.
El consultor Sebastián Olivero observa poco interés y bastante desgano en la siembra del cereal. "Hay poca liquidez en los productores y sembrar trigo tiene un costo importante, sobre todo de fertilizante, con una perspectiva de resultados ajustados aún en campo propio", apunta. Agrega que "si el clima jugara una mala pasada, en vez de dar oxígeno financiero a fin de año, el trigo puede derrumbar presupuestos y convertirse en un salvavidas de plomo para muchos productores".
El disponible
Mientras tanto, los precios del trigo disponible sólo tienen su explicación en la escasez provocada por la intervención oficial en el mercado.
¿Cómo llegar a la cosecha 2013/2014 si no hay el volumen necesario para abastecer a la molienda en los próximos meses? Más allá del impacto político que podría acarrear la foto de un barco descargando trigo uruguayo en un puerto argentino, una operación importante no sería posible porque el país vecino no es un gran productor del cereal. "Ya transcurrieron varios meses de la cosecha y los excedentes uruguayos se ubican habitualmente en Brasil, que está tan necesitado de mercadería que también está comprando en los EE.UU.", advierte Olivero.
La cosecha del hemisferio Norte viene bien -en el mundo se producirán 45 millones de toneladas más que el año pasado-, pero sería inaudito que los molinos argentinos deban pagar costosos fletes para traer trigo de Canadá o de los países de la zona del Mar Negro.
Entretanto, la molinería está tan necesitada de mercadería que ofrece forwards para octubre a 230 dólares por tonelada, apuntando al producto del norte del país.
Región norte
El consultor Gerardo Chiara espera pocos cambios en el área sembrada en el norte de Buenos Aires. "Puede aumentar un poco la superficie con trigo a expensas de la de cebada en algunos campos, pero simultáneamente sigue habiendo productores que se niegan a sembrar el cereal por la desconfianza que les inspira su comercialización", afirma.
Quienes apuestan el cultivo en la zona, aprovechan que se alejó el riesgo de inundaciones por descenso de la napa y combinan el cereal con soja de segunda. "Si se obtienen 45-50 quintales por hectárea de trigo y 22-25 de soja se cierra un número aceptable", sostiene Chiara, que también argumenta que esta rotación da mejor control de rama negra que la soja de primera.
"Quien decida sembrar trigo tiene que chequear la disponibilidad de nitrógeno en los suelos. En el norte de Buenos Aires hay bajos contenidos de nitratos en muchos lotes, lo que obliga a aplicar 200 kilos de urea por hectárea para alcanzar altos rendimientos", alerta el asesor.
En cuando a la región sur, Benjamín Banks, asesor del grupo San Cayetano-Tres Arroyos, advierte que "el año pasado se sembró muy poco trigo en el CREA; este año puede aumentar, pero poco". Del área histórica dedicada a la cosecha fina en el CREA, el 80% era para el trigo y el 20% para la cebada. En los últimos años, la proporción cambió a 50 y 50, y en 2012/2013 se dedicó 20% a trigo y 80% a cebada. "Podría ser que en 2013/2014 el trigo aumente al 30% y la cebada disminuya al 70%".
No obstante, Banks advierte que la superficie total dedicada a la cosecha fina podría caer por el lento cierre de los alquileres, que determina que muchos arrendatarios vayan directamente a la soja de primera, en vez de incluir un cultivo de invierno en la rotación.
En síntesis: la campaña de trigo 2013/2014 aún tiene un final abierto. En el ciclo 2012/2013 se sembraron 3,6 millones de hectáreas, que dieron lugar a 9,3 millones de toneladas, con un rinde bajo por los excesos de lluvias y los ataques de hongos. Ahora hay un abanico grande de situaciones, con zonas que no aumentarán la superficie por la insuficiente humedad para sembrar -oeste de Buenos Aires, este de La Pampa, oeste y sur de Córdoba- y otras que aumentarán levemente, en el este del territorio o en el sur bonaerense. No obstante, aun si se diera un clima más favorable que en 2012, ningún analista pronostica una producción superior a 10 millones de toneladas.