Incrementan el monitoreo de langostas y plagas ante las altas temperaturas
El Senasa profundizó los sistemas de vigilancia permanente y detección temprana de langostas y de plagas ante el desafío que suponen las altas temperaturas y la sequía en el país.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) profundizó los sistemas de vigilancia permanente y detección temprana de langostas y de plagas ante el desafío que suponen las altas temperaturas y la sequía en el país.
En los últimos días, Senasa informó la detección de la tucura quebrachera en el noroeste de la provincia de Córdoba, en la zona de Quilino, Villa Quilino, Huascha, Chuña y San José de las Salinas.
En diálogo con Télam, el coordinador general de Contingencias y Emergencias del Senasa, Héctor Medina, sostuvo que "con esta especie logramos la detección temprana al descubrirla en los primeros estadíos, que es algo muy difícil. Ahora estamos trabajando con la provincia para establecer un plan de control temprano".
El control de plagas y langostas es fundamental para un buen desarrollo de la producción agropecuaria.
De acuerdo a estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hasta el 40% de los cultivos a nivel mundial se pierden cada año a causa de las plagas y enfermedades de las plantas.
El método que utiliza la Argentina para su control desde fines de la década del 40 del siglo pasado, y que se utiliza a nivel mundial, es el de la vigilancia permanente.
A raíz de la evolución tecnológica, a partir del 2020 el país desarrolló e implementó un nuevo sistema de monitoreo, gestión y emisión de alerta para langostas, que ya empezó a utilizarse también en Paraguay y Bolivia y que podría ser aplicado en Perú, Brasil, Chile y Uruguay.
El sistema de alertas por langostas incrementa la capacidad de anticipación y respuesta, sistematizando información de monitoreo a través de una aplicación móvil que captura la información directamente desde el campo en los diversos países y la pone a disposición rápidamente.
El año pasado, el sistema de vigilancia permanente de langostas del Senasa monitoreó 4400 sitios, y reportó un 93% de sitios libres de presencia del insecto.
En los sitios que reportaron presencia (el 7% del total monitoreado) la langosta se encontraba en la fase solitaria, por lo que no se requirió realizar Acción de Control, precisó el organismo.
"En los últimos 5 años no hemos tenido daños importantes por las langostas; sí algunos perjuicios que han sufrido puntualmente algunos productores a nivel micro, pero que no se trasladó a nivel macro", destacó Medina.
Y agregó que "se debe, en gran parte, al trabajo liderado por Senasa y articulado con los sectores públicos provinciales y el involucramiento muy fuerte que tuvo el sector privado".
No obstante, la situación actual de altas temperaturas y sequías requiere de mayor atención porque favorece el desarrollo y la movilidad de las plagas, explicó el ingeniero agrónomo.
Medina destacó que "actualmente con las langostas hay una vigilancia permanente y no se han detectado focos relevantes a nivel país, ni a nivel sudamericano".
En cambio, recientemente se registró la aparición de tucuras quebracheras en Santiago del Estero y en el noroeste de Córdoba.
"Sabíamos que iban a aparecer, por eso intensificamos el monitoreo en los últimos meses del año pasado y los primeros de este año. El primer objetivo de lograr la detección temprana se cumplió. Ahora estamos trabajando con la provincia para establecer un plan de control temprano", explicó Medina.
Próximamente, se espera la aparición de este insecto en provincias del centro y norte del país, ante lo que el Senasa remarcó la importancia de monitorear los establecimientos y controlar de manera temprana la presencia de la plaga con productos autorizados y dar aviso ante su aparición.
La tucura quebrachera es un insecto polífago que puede afectar a la actividad agrícola en forma directa y a la actividad ganadera, de forma indirecta, alimentándose de los recursos forrajeros y producir daños, también, en la vegetación nativa.
Fuente: Télam- Emiliano Bonanotte