Se cocina una nueva ley
La nueva norma impedirá que los productores de gran escala reutilicen semillas
El Gobierno enviará antes de fin de año al Congreso un muy esperado proyecto de ley para regular el uso de semillas, con el que busca ampliar la oferta de simientes y mejorar la producción del país, dijo ayer el secretario de Agricultura, Lorenzo Basso.
La actual legislación es muy criticada por las firmas biotecnológicas porque no prohíbe de forma clara la reutilización de las semillas que los productores obtienen de sus propias cosechas, lo que les resta volumen de ventas y demora el desarrollo de nuevas variedades.
Con la ley, "los semilleros argentinos van a tener un incentivo mayor, va a haber más competencia entre los semilleros por mejorar el germoplasma (conjunto de genes de las semillas)", dijo Basso en una entrevista en el marco del Foro de Reuters sobre Inversión en América Latina.
"La ley está pensada para los semilleros argentinos, no para los que producen transgénicos. Y va a haber una mayor trasnacionalización de semilleros argentinos", añadió el secretario.
Los productores de transgénicos, como el gigante estadounidense Monsanto, encuadran su actividad bajo la ley de patentes en la Argentina. A su vez, los semilleros locales usan estos eventos transgénicos para el desarrollo de simientes. Don Mario es la mayor semillera del país.
Basso explicó que el Gobierno enviará el proyecto de ley tras los comicios legislativos de octubre próximo, con el fin de "preservar una ley que es importante del manoseo que puede sufrir por un tema electoral".
Si bien el proyecto de ley fue discutido por los distintos actores del sector agrícola y recibió el apoyo de muchos expertos y organismos, también ha sido muy criticado en el pasado por asociaciones de productores que temen que los agricultores de baja escala se vean obligados a pagar por semillas que hoy usan de forma gratuita.
Pero el funcionario aclaró que la norma no se aplicará a los productores de baja escala. "Del 65% al 70% de los productores de la Argentina no va a pagar ningún tipo de regalía", señaló.
La mayor parte de la producción de granos en el país está en manos de grandes empresas agrícolas. Aunque mayoritarios en número, los productores de baja escalan aportan una porción menor.
El Gobierno estima que la producción de soja será de 51,3 millones de toneladas y que la de maíz logrará un récord de 25,7 millones en la campaña 2012/13, que está a punto de terminar.
La cosecha total de granos ronda los 100 millones de toneladas desde hace años y el Gobierno pretende llevarla a 157 millones para 2020, para lo que necesitará nuevas tecnologías.
Trigo y maíz
Según Basso, la superficie destinada al trigo en la Argentina, uno de los mayores exportadores mundiales del cereal, crecería más de un 40%, a cerca de 4,5 millones de hectáreas en la recién iniciada temporada 2013/14.
"Va a aumentar la superficie sembrada con trigo por diferentes motivos: el anuncio del fideicomiso (para devolver retenciones) del Gobierno, las favorables condiciones de humedad del suelo, las mejores condiciones de mercado", afirmó. Y agregó: "El área será de cerca de 4,5 millones de hectáreas, seguro".
La campaña de trigo 2012/13 fue una de las peores en décadas en la Argentina, con un área de apenas 3,16 millones de hectáreas y una producción de 9 millones de toneladas debido a un clima adverso y a las intervenciones del Gobierno en el mercado, muy criticadas por los agricultores.
Con una cosecha tan magra, el país tuvo un escaso margen exportable tras abastecer el mercado doméstico con los cerca de 6,5 millones de toneladas que necesita anualmente. Brasil, el principal destino de los embarques argentinos, fue el mayor perjudicado. Por esta razón, el Gobierno -que restringe las exportaciones para garantizar el abastecimiento local- anticipó en esta campaña la autorización de 5 millones de toneladas de trigo para exportar, a la vez que anunció la creación de un fideicomiso para devolver impuestos al sector.
El Gobierno prevé revisar el sistema del fideicomiso para el trigo año a año y no está analizando extenderlo al maíz, otro cultivo que sufre restricciones a las exportaciones y también paga impuestos a las ventas externas, según Basso.
"El maíz ya tuvo un incentivo con los anuncios anticipados de apertura que se hicieron en la última campaña, que permitió la formación de precios y que se moviera bien. Este año la apertura también se va a anunciar de forma anticipada", culminó.