Agri de precisión

Dosificación variable de insumos

No es una ciencia oculta ni un secreto bien guardado, pero el mal uso de esta tecnología puede generar más dolores de cabeza

La tecnología de Agricultura de Precisión está difundida en muchas zonas, se basa en la referenciación de un universo de datos muy variados. Los primeros datos utilizados, en general, son los mapas de rendimiento obtenidos de una cosechadora.

Aquellos productores que este año han dado este paso, contratar una cosecha equipada con un sistema de georreferenciación de datos, están en condiciones de recorrer un gran camino en el conocimiento de la realidad que tienen debajo de sus pies. Un mapa de rendimiento es una muy buena fuente de información pero no es la única fuente que debe tenerse en cuenta si uno va en busca de la dosificación variable de insumos (VRT, por su sigla en inglés). Aun cuando se disponga de mapas de diferentes años y cultivos.

Pasos a seguir

Para llegar a determinar una dosificación variable es bueno recorrer primero un camino que tal vez lleve un tiempo mayor del esperado y del imaginado por mucha gente. Pero es seguro que recorrerlo dará mayor certeza a la hora de tomar decisiones.

- Definir las diferentes zonas.

- Realizar muestreos de suelo en cada una de éstas, con coordenadas definidas.

- Determinar las recomendaciones de manejo según los antecedentes para cada zona delimitada.

Definir y diferenciar las zonas que serán tratadas de un modo selectivo es similar a la vieja idea de sectorizar un campo y elegir los mejores lotes para aquel cultivo que mayores respuestas tiene al aporte de insumos y entonces allí poner muchas fichas.

Con la tecnología hoy existente es factible hacer esta diferenciación sustentada en información científica bien clara. Y no es necesario que transcurran muchos años. Podemos “superponer” mapas con diferente información.

El mapa de rendimiento es muy conocido y es generalmente el primero de todas las fuentes de información. El uso de esta fuente debe ser considerada como de gran utilidad pero al mismo tiempo, debe ser asociada a los eventos climáticos ocurridos durante el ciclo del cultivo analizado y eventualmente también eventos anteriores a la siembra. Es fácil entender que un bajo y una loma se comportarán de un modo diferente en años secos y en años con lluvias normales y también en años de excesos hídricos.

Otro mapa que puede aportar información relevante es el de conductividad eléctrica del suelo. Existen en el mercado equipos que permiten la realización de este tipo de mapas, es claro que no se trata de una tarea frecuente; hacerlo una vez y bien, genera una fuente de información útil en el largo plazo.

También existen los mapas de profundidad de tosca que pueden determinar zonas no aptas para determinados cultivos, tal vez no valga la pena ni siquiera sembrar dichos sectores.

A su vez pueden superponerse, a todo esto, fotos aéreas o satelitales que muestran también, en muchos casos información que de otros modos no se alcanza a ver.

En una nota reciente mencionamos la posibilidad de mapear la presencia de malezas para aplicación diferenciada de herbicidas, pues bien, ese mapa también puede sumarse a todo lo anterior, aun cuando se haga el control adecuado, tal presencia puede generar una dinámica deferente de agua para ese ciclo y explicar parte de la diferencia de rendimiento, por ejemplo.

Resultado de la suma

La suma de toda esta información nos ayudará mucho en la definición de los límites de cada zona, ya que se encontrarán sectores de cada campo o lote que comparten patrones o valores de los parámetros mencionados más arriba, éstas zonas podrán ser tratadas como iguales y por tanto se aplicará una cantidad igual de insumos, y luego del ciclo es altamente probable que se obtengan resultados muy similares.

Dirigir con la PC

Una vez definidas estas zonas podremos entonces, dirigir el muestreo de suelo o la búsqueda de determinada característica del subsuelo con el propio dedo. Es decir es posible elegir desde la computadora donde es más conveniente o provechoso tomar los datos de campo que serán representativos de esa macro zona. Luego con un GPS de mano ir busca de tal información en el mismo lote.

Y con esto nos acercamos al final. La suma de los mapas ya mencionada y los resultados de la observación a campo y/o del laboratorio, más, claro está, el ojo clínico del productor y su asesor, darán como resultado la recomendación final de la cantidad a aplicar de los diferentes insumos, semillas, fertilizante nitrogenado, o fosforado u otro nutriente.

Utilizar mucha información mejorará el diagnóstico y la recomendación. Lanzarse a realizar aplicación variable de insumos en forma apresurada puede inducir mayor variabilidad que la natural o tal vez generar una variabilidad que antes no era tal.