Regionales

Comenzó nueva campana de limones en medio de incierta economía mundial

Las empresas vienen produciendo a un 40% de su capacidad, tras la paralización por las lluvias y la aplicación del protocolo sanitario

Las empresas citrícolas trabajaron hasta la última semana a un 40% o un 45% de su capacidad. Las lluvias y la aplicación de los protocolos de seguridad contra el coronavirus han condicionado el arranque de la cosecha y de las exportaciones en las plantas. Sin embargo, en la agroindustria se muestran expectantes por lo que lo que pueda pasar de ahora en más. Prevén una aceleración del ritmo de producción, a partir del arribo de la fruta a Rusia en los próximos días y el notorio incremento de la demanda mundial.

"En medio de la incertidumbre económica internacional, Tucumán y el resto del NOA tiene una gran oportunidad para sostener las fuentes de ingreso a través de los cítricos. El consumo está creciendo en el mundo, a pesar de la crisis, ya que estas frutas ofrecen beneficios a la salud. Tienen vitamina C, un catalizador del sistema inmunológico", dijo Pablo Padilla, presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnao), para describir el escenario global. "Los países productores del hemisferio Norte, además, están con merma de producción", añade.

BLOQUEOS. Los productores de papa esperan que se levanten los cortes en Catamarca.

Las compañías proyectan un avance de la campaña 2020, pero sin quitar la atención también sobre cualquier complicación que se pueda presentar en torno de la logística. "Lo importante es que haya fluidez en los puertos ahora; que no se presenten dificultades con las navieras y con la disponibilidad de contenedores", señala un directivo de Citrícola San Miguel.

Según estimaciones de la Acnoa, la producción 2020 podría alcanzar 1,65 millón de toneladas. De ese total, 1,1 se destinaría a industria; 300.000 toneladas a las exportaciones; y 150.000 al mercado interno. El resto representaría mermas y pérdidas durante la temporada. Si se concreta esta proyección, la campaña actual terminaría con una baja de un 13%, al menos, respecto de 2019. El año pasado, se produjo 1,9 millón de toneladas: 1,4 millón se derivó a la industria; 240.000 a las plazas internacionales; 150.000 toneladas al consumo interno y el resto fue pérdidas o no se logró cosechar.

"La actividad no es la normal. Hubo paralización debido a las condiciones climáticas y también porque se fueron ajustando los protocolos de seguridad en las quintas, en los empaques y en el resto de los sectores. El esquema de prevención tiene dos ejes centrales, que son la higiene y la distancia, que lleva a ralentizar un poco las tareas. Se está trabajando con menos personal. Los colectivos no trasladan la misma cantidad de gente y en los empaques se dispusieron más turnos, pero a menor velocidad para cumplir con el distanciamiento establecido", remarcó Padilla.

El dirigente consideró que a mediados de mayo las empresas podrán alcanzar un ritmo febril "normal", aunque reconoció que la agroindustria citrícola posiblemente no alcance el 100% de la capacidad productiva este año.

Autor : Luis Duarte