Los países de Sudamérica se unen para combatir la sequía
Países del sur sudamérica lanzaron el SISSA, un sistema que ofrece soluciones que permitan monitorear el inicio, intensidad y finalización de la sequía.
El sur de Sudamérica depende en gran medida de la lluvia para sostener su enorme producción de cereales y oleaginosas, pero la sequía- desastre natural más dañino- complica las labores, porque además es un fenómeno difícil de monitorear, identificar, analizar y gestionar.
Actualmente, cinco de los diez principales países productores de soja están en la región. Por eso, los directores de los servicios meteorológicos de Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia se reunieron para el lanzamiento del proyecto "Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica" (SISSA).
En busca de soluciones que permitan monitorear el inicio, intensidad, extensión espacial y finalización de la sequía, el SISSA desarrollará índices y productos en pos de lograr esos objetivos.
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El sistema también implementará técnicas modernas para el pronóstico de la evolución temporal de una sequía. Además de los aspectos climáticos, desarrollará herramientas para estimar el tipo y magnitud de posibles impactos sobre diferentes sectores y actividades en base a las condiciones de sequía observadas o pronosticadas.
"El propósito es reemplazar las acciones reactivas frente a eventos de sequía por un enfoque proactivo. La respuesta más frecuente a una sequía es la asistencia de emergencia una vez que el evento se torna en una crisis. Estas respuestas generalmente son apuradas e ineficientes. Un enfoque proactivo, en cambio, involucra acciones de planificación y preparación anteriores al evento, que permitan gestionar riesgos y reducir vulnerabilidades", explica María de los Milagros Skansi, responsable técnica del proyecto por Argentina.
El SISSA aportará información útil para la toma de decisiones de gobiernos e instituciones no gubernamentales, públicas y privadas, y contribuirá al diseño de políticas públicas y acciones de planificación y preparación tendientes a mitigar los daños, aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad frente a la sequía, el desastre natural con mayor impacto económico.