Todo empieza por la cabeza
Con un buen cabezal para cosecha de soja y regulado adecuadamente, el resultado final puede ser otro
Luego de meses de trabajo, esfuerzo y pedidos al cielo para que llueva en la época oportuna, la cosecha obliga a reducir la caída de granos al suelo para así captar el fruto de ese esfuerzo.
Las estadísticas nos indican que debemos poner el foco de atención en la captación de las plantas, es decir el comportamiento del cabezal. El 70 % de las pérdidas de la cosechadora son causados por el trabajo del cabezal de cosecha. A su vez, la mitad de éstas ocurren por el trabajo de la barra de corte, es decir que el 35 % del total de las pérdidas de la máquina son causadas por ésta.
En la zona sudeste de la región pampeana durante la campaña 2010/11 las pérdidas promedio, determinadas por el INTA PRECOP EEA Balcarce, alcanzaron 96.5 kg/ha con valores máximos de 202 kg/ha, que a valores de hoy representarían unos $ 160.- y $ 335.30; respectivamente. Considerando que los máximos tolerables, según las recomendación del INTA PRECOP, son 80 kg/ha; podrían haberse recuperado, en promedio 27.2 $/ha. Este valor, claro está, sería ganancia limpia ya que todos los costos están cubiertos.
Continuando con el estudio mencionado, el cabezal fue responsable del 61 % de las pérdidas totales mientras que un 9 % ocurrieron antes del inicio de la cosecha.
Puntos Clave
Uno de los ítems importantes a configurar y revisar es el índice de molinete, estamos hablando de la velocidad de giro del molinete respecto de la velocidad de avance de la máquina. Es sabido que la velocidad tangencial del molinete debe ser entre un 25 % y un 50 % superior a la de avance. Para que esto ocurra muchas máquinas presentan un variador continuo de accionamiento hidráulico, en las máquinas de los últimos años, una vez programada la diferencia de velocidad, un sistema automático varía el caudal hidráulico que alimenta el motor según las variaciones de la velocidad de desplazamiento de la máquina. A partir de este equipamiento se pueden grabar distintos índices de molinete para cada sector del lote en función del estado del cultivo (loma, media loma y bajo por ejemplo, o sectores donde el cultivo está volcado, u otra razón). De este modo con solo seleccionar el índice requerido desde una de las memorias preestablecidas por el mismo usuario, la computadora ajusta la velocidad de giro del molinete para esa condición de cultivo y siempre en función de la velocidad de avance de la cosechadora.
La posición del molinete respecto de la barra de corte también influye sobre la captación de plantas y por lo tanto sobre la pérdida de granos en esta primera etapa. Con el mismo equipamiento mencionado, es factible configurar diferentes memorias para cada condición de cultivo de modo que al seleccionar una u otra el molinete se reubica automáticamente.
En lo referido a la barra de corte es importante asegurar ciertos ítems de puesta a punto:
Ø Asegurar un adecuado filo y dentado sin sectores dañados. El desgaste del dentado provoca mayor movimiento de los tallos. Vale destacar que según la marca y el origen de las secciones, su desgaste y/o rotura de dientes puede ser muy variables, desde 200 ha hasta 600 ha. Por tanto, se recomienda realizar observaciones frecuentes del estado de éstas.
Ø Asegurar una correcta regulación y ajuste de las grampas prensacuchillas de modo que las cuchillas no tengan juego vertical.
Ø El mando de las cuchillas debe estar bien ajustado de modo que coincida el centro de éstas con el centro de los dedos en los puntos muertos de la carrera de las secciones. Así la capacidad de corte de la barra es máxima.
Ø La regulación de la altura de corte es también un punto de especial atención. Trabajar por debajo de las vainas más bajas puede resultar en mayores pérdidas por un excesivo movimiento de la parte superior de los tallos y, sabemos, esto produce fricción entre ellos y rotura de vainas con caída de grano al suelo. En este sentido existen en el mercado sistemas de control automático que corrigen en función de las irregularidades del terreno.
Ø La velocidad de avance tiene su efecto, también sobre las pérdidas del cabezal, cuando se exceden los 7.5 km/h el movimiento de los tallos en el sentido de avance genera mayor movimiento de los tallos ya que no alcanzan a ser cortados, y son empujados por las secciones de cuchillas.