¿Otra Niña?
Se extendería a la campaña 2018/19 y pondría fin a la fase húmeda que se extendió desde la campaña agrícola 2012/2013 hasta la campaña agrícola 2016/2017, dando inicio a una fase seca
El escenario climático se encuentra fuertemente alterado. Por un lado, se nota un moderado pero persistente enfriamiento del Pacífico Ecuatorial que, aunque no llega a constituir un estado de "La Niña", perturba considerablemente el régimen climático, asegura el Informe de perspectivas climáticas elaborado por el Ing. Eduardo Sierra para la Bolsa de Cereales.
Por un lado, durante enero, el Océano Atlántico observó un avance de la corriente Cálida de Brasil, a la vez que la Corriente fría de Malvinas se debilitó. Este proceso compensó los efectos negativos del enfriamiento del Pacífico sobre gran parte del área agrícola sudamericana, pero no fue suficiente para impedir que gran parte de la Región Pampeana, el sur de la Mesopotamia y el Uruguay fueran afectados por una marcada reducción de la precipitaciones.
De continuar la actual tendencia de lento enfriamiento del Pacífico, "La Niña" podría imponer su presencia a partir del otoño próximo, afectando severamente los resultados productivos de la campaña 2018/2019.
Esta evolución podría determinar el inicio de una posible fase climática negativa que podría extenderse durante varios años, como ya ha sucedido en el pasado, afectando a la producción agropecuaria.
Precipitaciones en enero
Debido a lo expuesto anteriormente, el escenario hídrico viene mostrando signos de una creciente irregularidad. Las precipitaciones observadas durante el mes de Enero de 2018 mostraron amplios focos con aguaceros torrenciales en el área donde el enfriamiento del Pacífico Ecuatorial produce registros superiores a la media.
Por esta causa, Bolivia, el norte y el centro del Brasil, el Chaco Paraguayo, el oeste del Chaco Argentino, el norte de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana observó precipitaciones intensas, que causaron desbordes de ríos y arroyos e inundaciones de zonas bajas.
En la Región Oriental del Paraguay, el este del Chaco Argentino, el sur del Brasil y el norte de la Mesopotamia, el efecto depresor del enfriamiento del Pacífico fue compensado por el calentamiento del Atlántico, haciendo que el área recibiera precipitaciones intensas, que causaron inundaciones y crecida de los ríos.
La mayor parte de Chile, el sur de Cuyo, la mayor parte de la Región Pampeana, el sur de la Mesopotamia y la mayor parte del Uruguay sufrieron el efecto depresordel enfriamiento del Pacífico sin que el calentamiento del Atlántico lograra compensar dicha influencia, por lo que el área experimentó precipitaciones sensiblemente inferiores al promedio, pasando a encontrarse en un estado de déficit generalizado. Este proceso fue acompañado por intensos episodios de calor, que contribuyeron a la reducción de las reservas de humedad de los suelos. No obstante, entre los episodios de calor se intercalaron algunas cortas, pero vigorosas, entradas de aire fresco.
Otoño 2018
Aunque todavía no es posible confirmarlo, el otoño 2018 podría continuar evolucionando hacia un estado de "La Niña", que alcanzaría su pleno desarrollo durante la campaña 2018/19.
La circulación entre el Ecuador y el Polo sur continuará muy activada. Por un lado se producirán largos períodos cálidos, que se alternará con cortos pero muy intensos descensos térmicos, con riesgos de heladas tempranas otoñales en gran parte de Argentina y Uruguay.
Finalmente, el informe concluye que lo más probable es que durante lo que resta de esta campaña, este proceso se mantenga en un estado intermedio, tipo un "Neutral Frío", sin alcanzar un estado de "La Niña".
No obstante, se mantiene una alta probabilidad de que el enfriamiento del Pacífico continúe durante la temporada siguiente, causando el desarrollo de un episodio de "La Niña", que afectaría a la campaña agrícola 2018/2019, marcando el inicio de una fase negativa en el sistema climático sudamericano.
Por lo tanto, no sería extraño que el proceso actualmente en marcha marque una transición en el estado del sistema climático sudamericano, poniendo fin a la fase húmeda que se extendió desde la campaña agrícola 2012/2013 hasta la campaña agrícola 2016/2017, y dando inicio a una fase seca, que podría prolongarse a lo largo de varias campañas.
En consecuencia, habrá que continuar una rigurosa vigilancia climática a fin de anticipar los posibles riesgos que irán emergiendo a lo largo de la temporada a fin de tomar las medidas que correspondan.