Cada hectárea en Córdoba pierde 4.170 kilos, al año, por erosión hídrica
Un estudio del Inta establece que Córdoba está 15° en el ranking nacional de pérdida de suelo por escurrimiento.
Un trabajo elaborado por investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) estima que, cada año, la erosión hídrica se lleva 4,17 toneladas de suelo de cada hectárea de Córdoba. Equivale a que la superficie se reduce a razón de unos 0,38 milímetros anuales.
"Estimación de la pérdida de suelo por erosión hídrica en la República Argentina" es el título de este documento elaborado por seis técnicos del Instituto de Suelos, el Centro de Investigación de Recursos Naturales (Cirn) y el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA), que dependen del Inta.
El relevamiento incluye una tabla con los datos de cada provincia: Córdoba está 15° sobre las 23 jurisdicciones en que se divide la nación (no se incluye a Capital Federal).
"Las provincias con mayor tasa de erosión hídrica actual son Neuquén, Misiones y Santa Cruz. En el caso de Neuquén, la tasa media de 22,8 toneladas por hectárea al año equivalen a una pérdida de una capa de aproximadamente dos milímetros de suelo por año. Las provincias con menores tasas son La Pampa, Formosa y Santiago del Estero", resume el informe.
El guarismo de Córdoba es superior a los de Santa Fe (1,79 toneladas) y Buenos Aires (2,95), pero inferior a la tasa media de erosión hídrica para todo el territorio nacional, que se ubica en 6,2 toneladas por hectárea al año. Es decir, una pérdida de aproximadamente medio milímetro de suelo en cada ejercicio.
"Dado que la superficie de la República Argentina es de aproximadamente 278 millones de hectáreas, dicha tasa equivaldría a una pérdida de 1.725 millones de toneladas o 1.490 millones de metros cúbicos de suelo por año", precisa el estudio.
Consecuencia
Para los investigadores del Inta, "la consecuencia inmediata de la erosión del suelo es una disminución de la productividad agrícola, debido a la pérdida de materia orgánica y nutrientes, a su deterioro físico, a la pérdida de profundidad y, en casos extremos, a la pérdida total del suelo".
En ese contexto, el trabajo realiza una aproximación a la pérdida económica, proyectando qué impacto tiene la erosión en los rindes, en base a un estudio realizado en 2000 que calculó pérdidas de 95 kilos por hectárea de soja, por cada centímetro de suelo perdido, de 273 kilos para maíz, y 71 kilos para trigo.
En la zona de producción intensiva de estos cultivos, la tasa media de erosión hídrica es de 3,91 toneladas por hectárea; es decir, una pérdida de capa de 0,033 centímetros de suelo, por lo que cada hectárea de soja estaría perdiendo 3,14 kilos de rinde potencial al año; el maíz, 9 kilos; y el trigo, 3,34 kilos.
Multiplicado por la superficie sembrada en 2015/16 para cada grano, son 61.230 toneladas perdidas de soja, 48.150 de maíz y 18.550 de trigo; que a valores de mercado significan 30 millones de dólares: 20,82 millones, 6,26 millones y 2,78 millones, respectivamente.