Alertan por intoxicación de vacunos con Alpistillo en La Pampa
Una importante cantidad de vacas y terneros murieron aparentemente por la ingesta de esta planta tóxica.
Profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) emitieron un informe técnico para alertar a los productores sobre posibles casos de intoxicación de bovinos con Alpistillo, una gramínea natural cuyo nombre científico es Phalaris Angusta, y que este año se ha desarrollado considerablemente en los montes como consecuencia de las intensas lluvias.
Una importante cantidad de vacas y terneros murieron aparentemente por la ingesta de esta planta tóxica, que floreció más de lo normal en una amplia zona rural de la provincia. Otros animales quedaron con secuelas neurológicas. También afecta a ovinos.El Servicio de Diagnóstico Veterinario del Grupo de Sanidad Animal de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Anguil y la Agencia de Extensión Rural Victorica del mencionado organismo han registrado desde agosto pasado hasta ahora un número importante de consultas sobre posibles casos de intoxicación con Alpistillo o Phalaris Angusta.Es una gramínea considerada forrajera por su excelente calidad, con valores de proteína bruta de aproximadamente el 16,4 por ciento. Sin embargo, su uso como alimento se ha limitado, entre otras razones por la presentación de casos esporádicos de intoxicación en animales de interés zootécnico o productivo (vacas, ovejas), asociado fundamentalmente a la presencia de alcaloides en la planta, sustancias que en concentraciones altas causan efectos neurológicos y muertes.
Bosque de caldén.El Alpistillo rebrota en otoño, vegeta en invierno, florece y fructifica en primavera, alcanzando en su estado adulto entre 100 y 150 cm de altura. Esta hierba crece en lugares húmedos, siendo común en las depresiones de las Sierras de Lihuel Calel y Sierra Chica. Siempre estuvo en el bosque de caldén pampeano, donde hay pastizales naturales.Las lluvias caídas en otoño e invierno, mayores a los promedios históricos, favorecieron la floración y expansión de esta especie, que es muy apetecible por los animales. En campos con una importante presencia de plantas, provoca casos de elevada mortandad, tanto en bovinos como en ovinos.Presenta alto contenido de alcaloides debido a su rápido crecimiento (rebrote) posterior a intensas lluvias, suelos fertilizados o con alto contenido de nitrógeno y a los días nublados o sombríos. Las tasas de morbilidad, mortalidad y letalidad promedios reportadas son del 8.57%, 3.72% y 44.07%, respectivamente, pero estos valores pueden variar de acuerdo a la situación de cada establecimiento ganadero.
Los síntomas.Los síntomas que presentan los animales intoxicados son temblores en cabeza y masas musculares, incoordinación, imposibilidad de mantenerse en pie, deformación pectoral producto de las contusiones y hematomas consecuentes.Si el animal logra sobrevivir al envenenamiento, pueden quedar secuelas para la aprehensión y deglución del pasto por incoordinación de movimientos de labios, lengua y cuello, situación que dificultan notablemente la ingesta de alimentos, ocasionando el adelgazamiento y la muerte por inanición.Detectada la planta nociva en el predio así como la sintomatología en los animales, el diagnóstico definitivo debe ser confirmado por un veterinario a través de un estudio hisiopatológico del cerebro y médula.El INTA sugiere el retiro de los animales hasta tanto la planta cumpla su ciclo vegetativo (floración y fructificación) a fines de primavera y principios de verano. Recomienda, además, evitar el pastoreo intensivo en los períodos de poca luminosidad como son los días nublados y el amanecer.Está comprobado que las situaciones climáticas extremas dañan la sanidad de la hacienda. Este año, las lluvias de otoño-invierno posibilitaron el crecimiento de una hierba venenosa. La sequía que soportó la provincia entre 2004 y 2005, hizo que cientos de vacunos murieran de carbunclo. Los animales comían pastos al ras del suelo, que tenía depositada las esporas que contienen la bacteria del ántrax, generadora de la enfermedad, que se combate con vacunaciones anuales.