De interés público
La Presidenta declarará de interés público las tarifas en ese sector y anunció la intervención del Belgrano Cargas; se creará una sociedad anónima para el ramal
En línea con la intención oficial de modificar la gestión del transporte ferroviario, la presidenta Cristina Kirchner dio a conocer un nuevo esquema de operación para el Belgrano Cargas, la línea carguera más extensa del país, con 7410 kilómetros de vías. Lo hizo en un acto en la Casa Rosada.
El paquete de anuncios consta de tres partes: la creación de una sociedad anónima que administrará ese ramal, la designación de Marcelo Bosch como interventor -será el responsable de la operación- y la declaración de interés público de las tarifas del transporte de cargas, la medida de mayor espectro, que le dará al Estado un lugar de regulador a la hora de establecer los precios.
La nueva sociedad se denominará Ferrocarril de Carga y Logística General Belgrano. Según la Presidenta, la nueva denominación denota el rol del tren "como un dispositivo dentro de una logística que es la del transporte, fundamentalmente la de granos del Norte. La idea es que tenga una conectividad que vaya de los silos de los granos, al tren y del tren a los puertos. Y esto va a dar aun mayor competitividad", explicó.
Cristina Kirchner también anunció "una inversión importante en adquisición de vagones, pero no en todos porque gran parte de los vagones van a ser recuperados con trabajo en talleres argentinos y por trabajadores argentinos", explicó, sin mayores precisiones.
Los anuncios de ayer son la continuación de un conjunto de medidas que se dieron a conocer en octubre del año pasado, cuando una resolución de Randazzo ordenó la intervención por 90 días de Sociedad Operadora de Emergencia SA (SOE), que se había hecho cargo del tren hace seis años.
La SOE tenía una composición heterogénea: el 80 por ciento de su capital estaba integrado por Francisco Macri e inversores chinos (sumaban un 51%) y la porción restante en partes iguales por Gabriel Romero (Ferrovías) y Benito Roggio (Metrovías).
Por otra parte, la Presidenta anunció que se instrumentaría un software que permitirá consultar desde el teléfono celular los horarios de los trenes.
Contra los grafitis
La Presidenta preparó con esmero una batería de críticas a quienes escriben grafitis en los vagones de los trenes. Utilizó al menos cinco minutos de su exposición para cuestionar y lamentar que algunas estaciones y unidades reparadas sufrieran pintadas en pocas horas. "Nos quejamos de cómo viajamos, pero rompemos las cosas que nos sirven", sostuvo.
Mientras mostraba una serie de fotografías en las que se observaban vagones y estaciones "vandalizadas", según el término que utilizó Cristina Kirchner, llamó a que "usuarios y consumidores intervengan cuando ven cosas de éstas para que no pasen". Desde el fondo del salón, los jóvenes militantes de La Cámpora la aplaudían.
La Presidenta estuvo acompañada de varios funcionarios, entre ellos el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Hubo, sin embargo, una ausencia sintomática: la del ministro de Planificación, Julio De Vido, el responsable del transporte durante la mayor parte del kirchnerismo. En junio del año pasado, tres meses después de la tragedia de Once, cedió parte de su área a Randazzo.