El campo y los autos, motores de la reactivación 2013
La mayoría de los economistas privados espera una mejora moderada para este año, impulsada principalmente por esos dos sectores; Brasil, decisivo
El sector agropecuario volverá este año a convertirse en el principal sostén del crecimiento económico de la mano de un clima más benigno que favorecerá la cosecha. Eso le permitirá, a su vez, traccionar la bonanza hacia otros eslabones de la cadena que dependen de la actividad en la tierra: la venta de maquinaria agrícola, de vehículos para el campo y el consumo en las ciudades cercanas a esas zonas, de acuerdo con las previsiones de los economistas.
Varios escalones por detrás, y todavía con un signo de interrogación en los cálculos de los especialistas, lo acompañará el segmento automotor. Y por su propia inercia colaborarán la minería y los bancos, uno de los sectores que mejor se entienden con "el modelo", según los resultados que muestran los que cotizan en bolsa.
Tanto el campo como la producción de vehículos son dos sectores que apuntalaron el crecimiento durante el kirchnerismo, pero se convirtieron, junto con la construcción, en los principales perdedores el año pasado. Su recuperación, sin embargo, apenas alcanzará para entibiar la economía, que trepará entre un 2% y un 4% de acuerdo con quien haga los cálculos, debido al congelamiento que sufrió en 2012, cuando no llegó a 1%. En otros términos: por segundo año consecutivo, la Argentina estará lejos del crecimiento a "tasas chinas" tan mentado en el discurso político del oficialismo.
Según los números de la consultora Abeceb, la industria automotriz crecerá un 11%; las industrias metálicas básicas, 5%, y alimentos y bebidas, 4,5%, al igual que el sector textil y apenas por debajo la refinación de petróleo. Esos cinco ítems representan casi el 72% de la actividad industrial.
A la hora de evaluar qué sector mostrará un mejor desempeño que el año pasado, el economista Orlando Ferreres, jefe de la consultora OJF, no teme equivocarse cuando señala a "todo lo que tenga que ver con la soja". El "yuyito", de acuerdo con el diccionario presidencial, fue víctima en 2012 de la sequía. Este año, sin embargo, fue afectado por inundaciones, que de todas maneras son "más manejables", por lo que la cosecha tendrá un incremento, según las previsiones de Ferreres. "Eso repercutirá en el transporte de granos; la industria automotriz también va a andar mejor y pueden tener una evolución positiva los bancos, porque se mantienen el crédito subsidiado y la demanda, al igual de los depósitos de empresas que no pagan interés. El resto de los sectores está bastante apagado", completa. Su estudio maneja una previsión de crecimiento para este año de entre 3% y 4 por ciento.
Las estadísticas sectoriales apuntalan esos pronósticos. Más allá de las variaciones de acuerdo con quien haga las cuentas, se espera que la cosecha de soja alcance los 54 millones de toneladas, un 35% más que los 40 millones del año pasado. La soja y sus productos relacionados se llevan un cuarto de todo lo que exporta la Argentina.
La cosecha total, en tanto, rondará los 110 millones de toneladas, con una mejora del 22% en comparación con 2012. Es la razón por la que María Castiglioni Cotter, directora de C&T Asesores, cree que las responsabilidades del campo en el crecimiento de 2013 no sólo incluirán la soja, sino también el maíz, que se extenderá hacia la industria molinera y la aceitera, entre otras.
Adelante Brasil
Dentro del sector industrial, el repunte automotor del cierre de 2012 se mantendrá por una recuperación de Brasil, que al menos permitirá cambiar la tendencia. En diciembre pasado, según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), se produjo un 16,4% más de vehículos que en el mismo período de 2011, de la mano de una mayor exportación. Fue el tercer incremento consecutivo luego de siete meses de caídas. De todas maneras, el promedio anual registró una caída.
Según Castiglioni, las telecomunicaciones continuarán creciendo de la mano de la modernización tecnológica, pero la pregunta pasa por saber cómo se comportará el consumo, por caso, de bienes durables, uno de los puntales de la política kirchnerista.
"Los electrodomésticos repuntaron en la última parte del año pasado, y el nivel de confianza de los consumidores repuntó en diciembre, aunque tiende más al pesimismo. Es probable que funcionen bien los bienes durables de no tan alto costo", sostiene la economista, que proyecta un crecimiento no superior al 3,5 por ciento.
Dante Sica, de la consultora Abeceb, agrega un nuevo elemento a la recuperación del agro: pese a la desaceleración china, su demanda de soja se mantendrá, algo que se notará también en la demanda de agroquímicos. Mientras que la recuperación de Brasil se notará "en el sector de autopartes y la metalmecánica", sostiene.
Con poca difusión, la minería aportará otra dosis de dinamismo a la economía. "Los proyectos están en marcha y los precios internacionales son favorables", explica Sica.
Federico Muñoz, jefe de Federico Muñoz y Asociados, sostiene que debe hacer un esfuerzo mayor para determinar cuáles serán los sectores más favorecidos durante este año, porque maneja una proyección de crecimiento del 2 por ciento.
En cambio, apunta algunas alternativas que se abren en este contexto para las empresas. "Es una buena coyuntura para aprovechar el retraso cambiario e invertir en tecnología importada, que toma en cuenta el dólar oficial", resume.
En general, los economistas coinciden en que la brecha cambiaria hará conveniente cualquier importación (siempre que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, permita su ingreso) que se paga a un tipo de cambio oficial.
A menos que cambie la política cambiaria oficial, que mantiene restringida la compra de dólares, seguirá remarcado en rojo el sector inmobiliario (las operaciones se hacen en su mayoría en esa moneda) y posiblemente la construcción, salvo que el Gobierno decida desempolvar la billetera oficial para reactivar la obra pública en un año electoral.
Pablo Fernández Blanco