Economía

Cómo ve La Serenisima la crisis de Sancor

La situación de SanCor no pasa desapercibida en el sector lácteo, en general, y para su principal competidor, en particular. Lo está viviendo con preocupación.

13 Mar 2017

La situación de SanCor no pasa desapercibida en el sector lácteo, en general, y para su principal competidor, en particular. "Lo estamos viviendo con preocupación, porque es un hecho que va a terminar afectando a todo el sector. Esperemos que empiecen a aparecer soluciones rápido", dijo José Moreno, presidente de La Serenísima en diálogo con LA NACION. "Creo que al sector, que se encuentra en un estado crítico muy profundo, no le hace bien una situación como esta", completó el ejecutivo.

Sin embargo, dejó un margen para el optimismo: "Me trajo algún grado de tranquilidad una comunicación que hoy hizo la compañía diciendo que está trabajando muy intensamente en la búsqueda de soluciones y que tiene dos o tres alternativas para llegar a esa solución".

-¿Por qué la lechería llegó a este situación?

-El sector llega a este estado crítico por varias razones que se dieron simultáneamente: la necesidad de modificar la política económica, con la modificación del tipo de cambio; la quita de retenciones a determinados sectores del agro, como el maíz, que tiene una incidencia directa; el crecimiento del precio internacional del maíz. Todo esto junto con un problema climático fenomenal en marzo y abril de 2016 no nos dejó salir de un proceso tumultuoso que terminó de complicarse en enero con las nueva inundaciones que afectaron la cuenca productora central.

-Las que enumera son cuestiones recientes, pero la industria no venía bien del período anterior...

-Del Gobierno anterior el sector no salió bien. Porque cuando tuvimos la oportunidad de trabajar haciendo negocios, esa posibilidad no la pudimos utilizar. Cuando estábamos en condiciones de salir, estos factores que estoy comentando limitaron absolutamente las posibilidades de hacer negocios razonablemente.

-Las dos firmas grandes del sector, con marcas sólidas, tuvieron que vender parte del negocio a otras compañías. ¿Por qué se da esa situación?

-La realidad es que hoy la lechería argentina tiene un nivel de producción igual al que tuvo el país en 1996. Desde entonces, durante 20 años, la Argentina estuvo estancada en la producción de leche, pero la industria, pensando que eso iba a cambiar, sumó capitales extranjeros (franceses, canadienses, peruanos) que hoy compiten por la escasa materia prima que existe, es decir, se achicó la torta y los comensales somos más. Por eso hay que trabajar mucho en eficiencia. Nuestra transacción de hace un año y medio [la venta del 25% a Arcor por US$ 60 millones, que luego aumentó al 33,5% por otros US$ 35 millones] fue parte de un plan que diagramamos para los próximos 10 años de la compañía.

-¿Es optimista respecto de lo que viene en lechería?

-Sí, absolutamente. Todos nuestros planes están hechos sobre una Argentina produciendo 15.000 de litros de leche dentro de 10 años y no los 9000 millones que produce hoy.