Excesos hídricos demoran la compra de semillas forrajeras
Los excesos hídricos provocan problemas que van más allá del retraso de la siembra de granos gruesos
"Diciembre es un mes que se recordará por las mínimas ventas de semilla forrajera, como consecuencia del temor que tienen los productores de que la falta de piso se prolongue en sus campos", advierte Enrique Bayá Casal, titular de una semillería de Buenos Aires.
"Los ganaderos demoran sus órdenes de compra, a pesar de que en el oeste y en el sudeste de Buenos Aires se perdió el 30-40% de las pasturas por anegamiento y sobrepastoreo", agrega. "Si el clima se normalizara y el agua bajara en esas zonas, las compras deberían reactivarse y se podría esperar una campaña más normal", añade.
Más allá de los fenómenos climáticos, Bayá Casal nota escaso poder adquisitivo de los tamberos. Los productores de carne, a pesar de los menores precios de los últimos meses, tienen más capital de giro para destinar a la compra de especies adaptadas a los potreros de menor calidad, a donde ha sido relegada la ganadería.
Hasta ahora, la oferta de semillas permite abastecer los pedidos con precios en dólares menores a los del año pasado, excepto para alfalfas de los grupos 8 y 9. La disponibilidad de fertilizantes también es holgada porque los productores dejan las compras para último momento, cuando tienen la certeza de poder sembrar. La urea se cotiza a US$ 570 por tonelada y el fosfato diamónico, a 740. El glifosato vale US$ 4 por litro, pero está en aumento, a raíz de las subas de precios en China.
Al considerar cada especie en particular, Bayá Casal dice que las variedades de alfalfa de grupos 5 a 7 valen de 7,50 a 9 dólares por kilo, mientras que las de los grupo 8 y 9 suben a 9-11 dólares. El trébol blanco cotiza a US$ 4,50 y el trébol rojo, a 4, con suficiente disponibilidad.
Los precios de la festuca son similares a los del año pasado: de 2,30 a 2,50 dólares por kilo para variedades tradicionales, como Fawn, y de US$ 4,50 para las de genética más moderna, que producen menos semilla. La cebadilla criolla también se cotiza igual que en 2011, a US$ 1,30 por kilo, y el pasto ovillo, a US$ 3. El raigrás anual vale US$ 1,40; la avena, 0,45, y el centeno, 0,55.
Joaquín González Bonorino, de Gentos SA, explica que los altos precios de la alfalfa son consecuencia de stocks muy limitados en el mundo. También contribuyen a ese comportamiento las restricciones a las importaciones. "Como promedio de todas las forrajeras, se calcula una caída del 36% en las compras de semilla importada durante 2012", cuantifica el directivo.
Frente a ello, la producción nacional de semillas muestra situaciones diversas: hay lotes bajo agua inundados que no podrán ser cosechados, principalmente en el oeste de Buenos Aires. También hay lotes perdidos por temporales, piedras y vientos. Asimismo, hay potreros en buen estado por suficiente disponibilidad hídrica y otros que han sufrido restricciones hídricas en el sur de Buenos Aires. Además, hay que considerar el estado sanitario de los lotes ubicados en zonas con exceso de lluvias y las condiciones climáticas durante la cosecha. La producción perdida en los potreros con problemas podrá ser compensada con los stocks remanentes de la campaña pasada, cuando la demanda se vio recortada por la sequía.
"De cara al futuro, en un contexto de restricciones cambiarias, la producción nacional enfrenta el desafío de sustituir las importaciones y para esto debe mejorar los rindes de semilla por hectárea ajustando la tecnología de producción", propone el empresario.