Los productores argentinos siguen liderando el uso de tecnologías de punta

Cerca del 60% de los productores argentinos hacen un uso intensivo de las tecnologías de punta para la agricultura. El dato lo brinda Fernando Scaramuzza, especialista de INTA Manfredi y coordinador del Proyecto Nacional de Agricultura de Precisión. "Hoy los productores compran un piloto automático y enseguida también le incorporan señales correctoras para mejorar su funcionamiento con la precisión. Hay muchas sembradoras que ya no tienen marcador mecánico y directamente vienen listas para ser utilizadas con piloto automático. Argentina es líder en Latinoamérica y estamos muy bien posicionados en el mundo, muy cerca de la tecnología de Estados Unidos", dice el técnico.

Scaramuzza es uno de los referentes que participan del diseño del Tecnódromo, el nuevo espacio de exhibición de nuevas tecnologías que inaugurará la próxima edición de Expoagro, del 7 al 10 de marzo en el KM 225 de la Ruta 9, en San Nicolás. Allí, sobre una estructura rectangular con capacidad para 500 personas y sobre 1,5 hectáreas sembradas con maíz se podrán ver en acción los últimos paquetes tecnológicos para la agricultura de precisión disponibles en el país. Las presentaciones se transmitirán vía streaming a todo el mundo.

El especialista de INTA afirma que las últimas tendencias globales se centran en sistemas electrónicos y robóticos. "La modalidad eléctrica posibilita que a través de un software se haga un manejo más sencillo de la maquinaria. Por ejemplo, hace poco John Deere presentó un tractor eléctrico y la misma tecnología se implementó en una cosechadora. Se tiende a hacer un manejo más eficiente de la energía puesta al servicio de las maquinarias. Además, en algunos países ya se cuenta con tractores robotizados aún no comercializables pero que seguramente llegarán muy pronto a la Argentina una vez disponibles en el mercado", dice Scaramuzza.

Una de las líneas de trabajo que el INTA viene desarrollando fuertemente se vincula a la siembra de precisión. El especialista destaca los ensayos que están llevando a cabo con el dosificador eléctrico de la empresa santafesina Plantium. La tecnología se denomina ECURow. "Lo estamos probando en INTA y nos causó un impacto muy positivo. Creemos que cuando pase a comercializarse va a mejorar la eficiencia no solo de la siembra sino también de la máquina en sí", apunta el técnico.

También en lo que hace a siembra de precisión, Scaramuzza adelanta que seguramente entre fines de 2018 y principios de 2019 los productores argentinos podrán comenzar a hacer uso de la tecnología que posibilita la doble utilización de híbridos de acuerdo a la respuesta del ambiente. "Según nuestros estudios de relevamiento, hoy Argentina tiene la capacidad para hacer el 90% de la superficie de maíz con dosis variables. En Estados Unidos ya se utilizan los sistemas de siembra de doble híbrido, regulables de acuerdo a las necesidades de cada ambiente y su potencial de rendimiento. Con esta tecnología podemos utilizar insumos de manera más eficiente y ser más precisos en la siembra. No creo que estemos muy lejos de lograrlo porque ya evolucionamos mucho en los sistemas eléctricos de dosificación", detalla el especialista de INTA Manfredi.

El INTA es un actor clave en el desarrollo y la difusión de las tecnologías que hoy le dan forma a la agricultura de precisión. "Desde el Instituto apoyamos a todas las empresas en sus desarrollos", dice Scaramuzza y destaca el aporte que hacen en la capacitación de productores, técnicos, y las nuevas generaciones. Durante 2016 formaron aproximadamente 500 jóvenes y actualmente están realizando una capacitación federal en distintas provincias sobre el uso de la información que brinda el monitoreo de rendimiento e imágenes satelitales. Asimismo, en septiembre se llevará a cabo el 16to Curso Internacional de Agricultura de Precisión, que contará con asistentes de diferentes países.

"Este año vamos a mejorar las capacitaciones y estamos pensando también en formar a gente del exterior a través de una plataforma", asegura Scaramuzza.