"Las enseñanzas que deja 2012"

17 Dic 2012

Se termina 2012 y la plaza granaria deja muchas enseñanzas. En el nivel internacional, el mercado de trigo ha encontrado argumentos propios para afirmarse, mientras el de soja se debate al compás de las inciertas posibilidades de que la producción de poroto sudamericana alcance los guarismos proyectados por el USDA.

Por su parte, las cotizaciones del maíz en la Bolsa de Chicago han recortado una porción mínima de los máximos que supo conseguir al promediar agosto, confirmando nuestra hipótesis de que la responsabilidad del componente especulativo era menor que los propios fundamentos alcistas del forrajero.

No es habitual que EE.UU., el principal productor de maíz del mundo, sufra un recorte productivo de 100 millones de toneladas como consecuencia de una sequía tan feroz como inesperada. Es más, podría afirmarse que es muy poco probable que se repita una circunstancia semejante en el futuro.

Era el año del maíz y nuestro país desperdició la oportunidad. La política oficial intimidó a los productores argentinos que, acobardados por las vivencias de los últimos años, privilegiaron la soja. Sin embargo, cada vez son más los que reconocen que, al menos este año, la opción maíz se presenta como superior a la de la soja.

La moraleja

La moraleja no es para desestimar: no es aconsejable tomar decisiones en función de la experiencia del año anterior.

Veamos. Quienes sembraron cebada en repudio al trigo hoy dudan respecto de la decisión tomada. Quienes, desinformados, no aprovecharon los 230/250 dólares por tonelada de trigo nuevo ante la alta probabilidad (hoy confirmada) de que el mercado estuviera vacío de compradores al generalizarse la cosecha, hoy se lamentan.

Quienes se apresuraron en efectivizar coberturas para el maíz 2013 hoy reconocen que la decisión les ha costado un par de decenas de dólares por tonelada. No sólo los precios forward de octubre/noviembre mostraban descuentos significativos respecto de la paridad teórica, sino que los precios FOB declarados (base del cálculo) eran difíciles de explicar.

Quienes no instrumentaron coberturas flexibles para la soja 2013 cuando la oleaginosa en Chicago "coqueteaba" con los 650 dólares por tonelada en Chicago y la plaza local ofrecía 350 dólares, y/o la posibilidad de combinar alternativas que permitieran asegurarse un precio mínimo de 320 dólares, hoy dudan sobre la conveniencia de actuar a niveles inferiores.

Historias que se renuevan

En definitiva, resulta claro que la toma de decisiones comerciales en función de la experiencia inmediata anterior no es una buena alternativa. Cada año es una historia distinta. Cada ciclo amerita que se evalúen los factores de mercado de mayor incidencia y se los pondere con mucha cautela y objetividad.

¿Como seguirá la historia? En el caso del trigo, el escenario es muy complicado. La cosecha es menor que la esperada un par de meses atrás y el excedente exportable ya está más que comprometido. Las bajas disponibilidades de mercadería, lejos de garantizar un mercado activo, firme y sostenido, aseguran una plaza sin competencia para la industria local. Una vez más, ¿una trampa mortal?

Para el maíz, las presiones políticas de los referentes del consumo interno podrían asimilar la historia. Aún resta un buen volumen de toneladas sin comercializar sobre la producción estimada como para comprometer el abastecimiento interno, pero tal circunstancia debe ser monitoreada muy de cerca por parte de los productores. Ya los valores forward han "limado" en buena medida niveles de descuento difíciles de explicar y, además, permiten asegurar rentabilidad.

En el caso de la soja, las dudas que plantea la producción sudamericana del ciclo 2012/2013 aún son significativas.