Mendoza: séptimo año consecutivo en emergencia hídrica
El pronóstico de escurrimientos de agua superficial, elaborado por el DGI, prevé que los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel tendrán un año hidrológico considerado medianamente pobre.
Estte jueves el Departamento General de Irrigación presentó sus previsiones para la época estival 2016-2017. Este arrojó que Mendoza se mantendrá por séptimo año consecutivo en emergencia hídrica.
El pronóstico de escurrimientos de agua superficial, elaborado por el DGI, prevé que los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel tendrán un año hidrológico considerado medianamente pobre, en tanto los ríos Malargüe y Grande será entre seco y pobre, respectivamente.
Si bien este nuevo ciclo hidrológico (octubre 2016- septiembre 2017) con respecto al anterior se presentó con una mayor cantidad de nevadas en las nacientes de los ríos correspondientes a las regiones norte y centro (Mendoza y Valle de Uco) y con disminuciones en la región Sur (Malargüe, Diamante y Atuel), se prevé no alcanzará o superara valores medios en los escurrimientos de los mismos, condicionado también al comportamiento térmico de la Cordillera de Los Andes. Además se registró una importante variabilidad en las mediciones de las distintas estaciones nivometerológicas de la provincia.
Los ríos Mendoza, Tunuyán, Diamante, Malargüe y Grande entrarán en el sexto año de emergencia hídrica, en tanto para el río Atuel será el séptimo.
El Superintendente del Departamento General de Irrigación, José Luis Álvarez, aseguró que "debemos seguir considerando que Mendoza continúa en emergencia hídrica debido a que hay que garantizar agua no sólo para este próximo verano sino también para la primavera 2017".
Álvarez consideró que ante la emergencia hídrica "Tenemos que asumir que vivimos en un desierto y que la escasez es habitual", y que para lograr una mejor distribución "se debe seguir trabajando en forma cada vez más eficiente con el agua, sumando tecnología en la medición, como lo estamos haciendo con los regantes a través del sistema MIDO (Modelo de Modelo de Indicadores de Distribución Operativa); y esto significa "contar con información en tiempo real para la toma de decisiones eficientes en la distribución del recurso".
Además, informó, "que seguirán sumando tecnología como sensores de humedad de suelo, de calidad y pluviómetros". Por último, consideró que el "diálogo gestión pública y ciencia se hace imprescindible para enfrentar nuevos escenarios en los próximos años".
La importancia de este pronóstico está directamente relacionada con el cronograma anual de erogaciones que se realiza para el sistema hídrico de Mendoza y con el manejo de los embalses para la provisión de agua para riego, energía y consumo, entre otros usos.