¿Servicio natural o inseminación artificial?
Muchos productores creen que los porcentajes de preñez son más altos cuando un toro es utilizado en Servicio Natural (SN) comparado con el uso de la Inseminación Artificial (IA); sin embargo, cuando la detección de celos es exacta y la IA es ejecutada correctamente, IA y SN brindan el mismo éxito en el apareamiento.
El uso del SN parece ser paradójico considerando las ventajas del mejoramiento genético de la IA, pero existen tres situaciones importantes en las que el uso del apareamiento natural podría estar recomendado:
1- El personal no es el apropíado (o no está adecuadamente entrenado) para realizar las tareas asociadas con la detección de celos en IA, lo que lleve a la obtención de resultados reproductivos muy pobres.
2- Cuando la ganancia genética a largo plazo es de poca importancia. (Ej.: El productor compra las vaquillonas de reemplazo y vende todas sus crías)
3- Cuando existen problemas de infraestructura (caminos, teléfono, disponibilidad local de semen y/o
nitrógeno) que dificultan la IA.
Muchos productores utilizan una combinación de IA y SN. El toro es utilizado cuando la vaca retorna a celo luego de tres o cuatro inseminaciones fallidas. En estos casos, lograr que la vaca se preñe pasa a ser la prioridad más importante. No se sabe si, como ha sido demostrado en ovejas, la presencia del macho estimula el funcionamiento reproductivo de la vaca.
Otro caso que se puede presentar (más complejo) es el uso de IA en vacas seleccionadas como madres de vaquillonas (y SN en el resto), complementado con la adquisición de faltantes de vaquillonas de reemplazo a criadores que utilicen IA con buenos toros probados. Esto puede conducir a buenos rendimientos reproductivos combinados con un progreso genético continuo.
EL TORO EN EL PLANTEL LECHERO
El toro que se utiliza en SN puede o no ser criado en la explotación. Cuando un toro se adquiere en otro establecimiento, el riesgo de introducción de enfermedades se incrementa; si se compra, para evitar problemas derivados de la consaguinidad, deben hacer los análisis sanitarios que lo descarten como portador de las mismas.
La habilidad del toro para detectar y servir vacas en celo depende de su libido, calidad seminal y capacidad de servicio. Una inspección de los toros por su estado físico y reproductivo, por un veterinario entrenado, es conveniente.
Los toros jóvenes son menos peligrosos, poseen más libido y tienen menos posibilidades de padecer enfermedades relacionadas con la edad; de todas maneras, no deben utilizarse antes de que completen su pubertad (12 - 14 meses).
Deben alimentarse evitando tanto la obesidad como la delgadez extrema (o emaciación). La ración de una vaca lechera puede ser demasiada rica en calcio y proteínas como para dar a los toros, en los que un exceso de calcio y proteínas puede conducir a problemas en las patas (como laminitis).
Un toro ubicado en un grupo de hembras puede realizar tanto la detección de celos como el servicio.
Este procedimiento tiene dos inconvenientes:
1- Pueden ocurrir preñeces muy próximas al parto, que afectan la producción futura;
2- Falta de datos precisos y confiables acerca de las fechas de servicio, lo que afecta la toma de decisiones futuras (secado, etc.).
Estos registros son más exactos cuando la vaca en celo se presenta al toro, pero en este caso el tambero es el responsable de detectar el celo y es además fundamental tener corrales fuertes y seguros.
RIESGOS ASOCIADOS CON LOS TOROS
Los toros lecheros pueden ser peligrosos y son causa de numerosos accidentes y muertes. La seguridad debe ser siempre lo más importante.
Las altas temperaturas de verano afectan la fertilidad del toro. Debido al tiempo que le toma al espermatozoide para desarrollarse en el toro, la reducción de la fertilidad ocurre de uno a dos meses después del período de estrés, y la recuperación lleva también de uno a dos meses. El proveer un área de sombra natural durante los meses calurosos reduce el efecto negativo del calor.
El toro no debe tener gran diferencia de tamaño con las vacas del rodeo, tanto para evitar traumatismos por la monta como para disminuir el riesgo de distocias.
Las dos enfermedades venéreas más importantes en el país son la vibriosis (o campilobacterosis) y la tricomoniasis. En ambos casos, el agente causal se ubica entre el pene y el prepucio del toro, siendo las infecciones crónicas más comunes en los toros más viejos. No se presentan signos clínicos ya que los organismos no entran al cuerpo del toro y, como resultado, el toro parece no desarrollar una inmunidad efectiva contra estos agentes. De todas formas, los organismos se transmiten fácilmente al tracto reproductivo de la hembra durante el servicio natural (SN) y pueden llegar a causar una infertilidad temporal.
Luego de una infección producida por el microorganismo de la VIBRIOSIS, la vaca no concibe, pero puede llegar a desarrollar inmunidad contra el mismo. Toma aproximadamente cuatro meses volver a recuperar la función reproductiva normal. Vacas preñadas que se infectan pueden abortar, especialmente en el 2do. trimestre.
La TRICOMONIASIS no impide la concepción y el desarrollo del feto, sin embargo, una infección de las membranas fetales resulta generalmente en aborto hacia el final del 1er y comienzo del 2do trimestre y, si el aborto no es detectado, la vaca se clasifica como infértil y el intervalo entre partos se incrementa en unos 90 días.
Un diagnóstico positivo para cualquiera de las enfermedades mencionadas detectadas ya sea en un aborto, una vaca o un toro, indica que el plantel está infectado. Es posible prevenir estas enfermedades venéreas con vacunas que se han desarrollado recientemente, pero la infección en el rodeo puede ser eliminada con un riguroso plan de erradicación desarrollada con la ayuda de un veterinario.
Ing. Agr. Félix Beltramino y Med. Vet. Fernando Barra.