Paro General

Los portuarios también paran

Con un mes de vigencia de los nuevos controles aduaneros al comercio de granos se calcula que hubo más de 1.300 horas de demora y se dejaron de exportar 2 millones de toneladas

20 Nov 2012

Dos gremios clave para la exportación de granos se plegaron al paro iniciado desde las cero horas de hoy, y el día de inactividad complicará aún más la ya demorada salida de la producción de los principales puertos de la Argentina.

Tanto Urgara, el gremio de los recibidores de granos, como la Federación de Estibadores Portuarios Argentinos (FEPA), anunciaron que formarán parte del paro general decidido por el consejo directivo de la CGT Azopardo, que conduce Hugo Moyano.

Desde Urgara, la entidad gremial conducida por Alfredo Palacio, indicaron que, de esta forma, todos los peritos en embarques de cereales de los puertos de todo el país donde se despachan buques al exterior se harán eco de la medida, paralizando, en consecuencia, el comercio exterior nacional.

También acompañarán el paro, agregaron, todos los acopios rurales provinciales, haciendo un cese total de actividades.

Por su parte el secretario general del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) y presidente de la Federación de Estibadores Portuarios Argentinos (FEPA), Juan Corvalán, indicó que pararán todas las terminales del Puerto de Buenos Aires y Dock Sud, y lo mismo ocurrirá en todos los puertos del país, en solidaridad con la medida de la CGT moyanista.

El paro de la jornada se suma a una cadena de demoras que está sufriendo el sector exportador argentino desde el 12 de octubre pasado, cuando se intensificaron los controles aduaneros sobre la carga, situación que ya fue denunciada por los ruralistas y, por lo bajo, por el sector exportador.

Datos del sector del comercio exterior de granos indican que durante la segunda quincena de octubre, de los 143 buques que recalaron para embarcar granos y productos agroindustriales, 77 navíos (54%) sufrieron demoras por diversas causas –de 17,2 horas promedio–, lo que produjo una acumulación total de 1.324,4 horas de atrasos. El atraso implicó casi dos millones de toneladas (1,98 millones) de productos que se podrían haber embarcado y no pudieron hacerlo.

La ampliación de contra verificaciones de las cargas realizadas en los buques para cada permiso de embarque, que según los exportadores sólo se emplea en puertos donde no hay balanzas electrónicas, es la principal causa de las demoras, junto con la aplicación de controles de estupefacientes sin plazo.

Tanto desde el sector exportador como desde las entidades rurales hay preocupación sobre el futuro próximo: de mantenerse estas medidas en época de cosecha (el trigo comienza a recolectarse en 20 días) se podría afectar gravemente la operatoria e incrementar significativamente los costos, que según los productores podrían trasladarse al precio que las gigantes traders mundiales y locales les pagan por los granos.