"Gran volatilidad con preocupación ante la pérdida de producción de Sudamérica y perspectivas para año próximo"
El mercado internacional sigue trabajando en el último mes tratando de enfocar el resultado que arrojará el clima adverso en Sudamérica. El mismo no es patrimonio solamente de Argentina, donde sabemos hubo una caída de producción importante en soja, con atraso en la logística tanto de la oleaginosa como del maíz, pero algo similar ocurrió en Uruguay, mientras que en Brasil el problema es la falta de lluvias que complicó el maíz de siembra tardía, lo que tiene serias implicancias para el comercio mundial.
Sin embargo la pregunta es si no fuimos demasiado rápido, demasiado alto, por la acción de los fondos especulativos frente a todo esto. En el caso de soja, el 1 de marzo los fondos estaban vendidos en unas 18 mill.tt., y pasaron a una posición comprada de 21 mill.tt. al último dato oficial disponible, al tres de mayo. En maíz pasó algo parecido: pasaron de 33 mill.tt. vendidos en marzo a una posición neta comprada de casi 8 mill.tt. en la actualidad. Si la pérdida de producción está en línea con los guarismos oficiales, la reacción parece totalmente desmedida. Recordemos que para la soja en Argentina se habla de una baja de 3 a 4 mill.tt., y de maíz en Brasil de una pérdida de 5 a 10 mill.tt. Sin embargo hay analistas que apuntan a bajas mayores en Argentina, mientras que si no llueve en mayo, Brasil podría perder mucho más.
Si esta pérdida se confirma EEUU gozará de menor competencia en los mercados de exportación, haciendo que suba la demanda sobre ese origen de mercadería, y se reduzcan sus stocks. En la práctica ya estamos viendo como las exportaciones semanales y los embarques de estos dos productos están muy firmes. Es por esto que en EEUU todavía se cuecen habas para la campaña 15/16: los stocks finales de ese país podrían terminar siendo menores de lo que se venía proyectando.
A la caída de la oferta de soja, debemos sumarle que China sigue muy agresiva con sus importaciones. En abril estuvieron en más de 7 mill.tt. resultando esta una cifra récord. En los primeros cuatro meses calendario las compras acumulan más de 23 mill.tt. un 11% más que el año pasado.
Mientras tanto comienza a ponerse el foco en el nuevo ciclo. El 10 de mayo el USDA publicará su informe de oferta y demanda mundial, con el primer balance completo para la campaña nueva. Se espera que los números de campaña nueva muestren existencias de maíz subiendo unas 10 mill.tt. y las de soja bajando apenas 1 mill.tt. Esto sería un dato negativo para el cereal y neutro para la soja.
Adicionalmente está en marcha la implantación norteamericana con un ritmo muy rápido, lo que es el primer requisito para sacar rindes elevados, pero no el único. Lo más importante es el clima para el período reproductivo, y con un año Niña de por medio, los pronósticos marcan la probabilidad de que en julio tengamos un mercado climático.
Por el lado del trigo, se apunta a una mejor campaña en EEUU, pero a una reducción de stocks en el mercado internacional, que debería generar precios estables a alcistas en la nueva campaña. Por el momento, no se ven problemas graves en la producción, ni picos de demanda insospechados. Ello deja al mercado de trigo siguiendo a los de maíz y soja, que al ir a la suba lo arrastran.
Localmente la necesidad de mercadería está generando situaciones atípicas. La firmeza del mercado de maíz es inquietante, con precios para entrega inmediata siderales, pero que el mismo tiempo inflaron los precios diferidos, lo que sería una oportunidad. Viendo la programación de buques a cargar, se necesitarían mas de 2 mill.tt. de cereal en las próximas semanas, cuando las decargas diarias, ya reactivadas luego de las lluvias, están en unas 40.000 tt. Se requerirían 50 días de entregas como esa para que los puertos reciban el maíz necesario para cumplir.
En el caso de soja, con 2,4 mill.tt. de programa de embarque, están arribando unas 140.000 tt diariamente, con 17 días de descarga estaríamos bien, y el guarismo no parece exagerado. Sin embargo en soja el problema no es solo el atraso en la logística, sino la pérdida productiva. Es por ello que las subas son más parejas para la oleaginosa. Por otro lado, con una capacidad de molienda diaria de unas 200.000 tt, y poco stock para moler, ya que la campaña recién iniciaba cuando las lluvias llegaron, debería también abastecerse estas necesidades.
El trigo en tanto se está calentando un poco más, con exportadores muy comprados, poco interés vendedor, y poca mercadería de calidad disponible. Por ello también los molinos están subiendo la puntería de precios para negocios de trigos especiales.
Por todo esto creemos que deberíamos continuar tomando precio ya sea con ventas o con compras de PUT en el caso de maíz y soja, pero siempre con flexibilidad, ya que hay nuevos fundamentos sumándose al mercado.