"Los más de 20 días lluviosos resultaron disruptivos para el mercado"
Empiezan a aparecer más fundamentos mientras el mercado sigue tratando de descubrir el tamaño de la cosecha Argentina
Los más de 20 días lluviosos en Argentina resultaron un evento totalmente disruptivo para el mercado, pero aparentemente no sería el único que los operadores deben introducir en los precios. También tenemos los problemas climáticos en Brasil, y el arranque de un nuevo ciclo en EEUU, frente a los cuales los especuladores ya están reaccionando.
En cuanto a la cosecha Argentina la misma se ha reactivado, pero sigue lenta. El 31 de marzo el avance de trilla de soja estaba en 7%, cuando el histórico era de 8%. En la semana siguiente avanzó sólo 4 puntos, para continuar 1 punto en la segunda de abril, 3 puntos la siguiente, y recién en esta última se movió un poco más, con 9 puntos de avance, llegando al 24% trillado al 28 de abril, cuando el año pasado a esta altura ya estaba 60% recolectado. En el caso del maíz con un derrotero similar, se encuentra 19% trillado contra 32% del año anterior.
Lo no cosechado reviste distintos grados de afectación. Las estimaciones oficiales dan cuenta de una caída de producción de soja de 3 a 4 mill.tt., con problemas de calidad y amplias posibilidades de que la caída sea mayor. En tanto los privados hablan de 8 a 10 mill.tt. Sin embargo los fondos compraron fuertemente, ante estas versiones. Esto nos hace preguntar si la suba no habrá sido exagerada, y es muy probable que así lo sea, pero todo depende de la pérdida final de producción en soja.
En maíz en cambio el problema es más bien la demora en la trilla y el embarque de granos. La cola de buques para cargar es muy exigente, y la mercadería no llega a los puertos. Así las cosas, el precio disponible del maíz se disparó, pero en vacío, ya que no hay prácticamente mercadería para entregar. Sin embargo está cerrando abril, y quienes no logren cumplir con sus compromisos, están siendo presionados para cumplir los negocios, o anularlos pagando el diferencial de precios entre el precio de venta original y el actual. Como muchos negocios se hicieron en torno a los 150 U$S/tt, y el reemplazo estaría cerca de los 190 U$S/tt esto es un problema grande.
En tanto para julio el maíz se cotiza en "sólo" 160 U$S/tt. Esto que parece bajo respecto al precio del disponible actual, resulta alto al compararlo con el valor que se pagaba a fines de marzo.
Aquí viene el otro elemento a introducir en precios: el clima en Brasil inusualmente seco. Si bien esta semana se dieron lluvias, el pronóstico vuelve a ser seco. No obstante las temperaturas también bajaron notablemente, haciendo que la situación no sea tan crítica. En Brasil hablan de 2 a 5 mill.tt. de ajuste a la baja en la producción de Brasil. Recordemos que las perspectivas del USDA marcaban una producción de 84 mill.tt. para este año, de las cuales 28 mill.tt. serían de exportación. Esto relativiza el impacto de la pérdida. Sin embargo, seguramente al exportar menos Brasil, ese espacio podrá ser ocupado por EEUU. En ese sentido, esta semana los compromisos de venta al exterior de Norteamérica superaron las 2 mill.tt. siguiendo con una tendencia a acelerarse. Esto relativiza el mercado bajista que veníamos programando.
Sin embargo no podemos menos que mencionar la posibilidad de que EEUU siembre 2 mill.ha. adicionales este año, lo que podría hacer que, al menos en el cálculo original, se piense en una nueva suba fuerte de los stocks en EEUU para la nueva campaña.
Si tomamos las cifras no oficiales con las que se trabajó en el OUTLOOK FORUM e incorporamos la intención de siembra del PROSPECTIVE PLANTINGS veríamos que los stocks/consumo de EEUU podrían acercarse al 19%, siendo este nivel prácticamente los del récord histórico, por encima del 15% de este año. Dado que el reporte donde por primera vez el USDA publicará oficialmente el balance completo de producción para la campaña 16/17 será el del 10 de mayo, los operadores podrían enfocarse en esto, dejando de lado la discusión sobre como cierra el ciclo previo.
En el mismo sentido, la implantación en EEUU viene a buen ritmo. Al 24 de abril se llevaba implantado el 30% del área, contra 16% del promedio histórico. Sembrar temprano es el primer elemento a lograr para tener buenos rindes en ese país. Sin embargo, también habrá que pasar por el período de mayor sensibilidad de los rendimientos, que es julio, y para el cual hay pronósticos secos. De todas formas habrá que esperar para ver si realmente la seca se produce, ya que falta mucho, y la seguridad de los modelos es baja.
En el caso de la soja, el informe del PROSPECTIVE PLANTINGS del USDA, indicó una baja de área menor, de unas 200.000 ha. Esto generaría un impacto menor en el stock/final, aun trabajando con expectativas de mayor demanda, dado el alto stock inicial. Pero una combinación de mayor demanda que la esperada por la menor oferta Argentina, y algún traspié climático en EEUU podría generar alzas adicionales.
El otro elemento a incorporar al análisis son las proyecciones de implantación para nuestro país. Recordemos que se espera un aumento de área de maíz y una baja en soja. Es temprano para dictaminarlo, pero podríamos encontrarnos con 2 mill.ha. de pasaje de área de soja a otros cultivos, con el grueso de esa variación yendo a maíz.
Por otro lado tenemos el mercado de trigo, el cual se ha reactivado desde el punto de vista de las ventas de exportación. Las mismas ya acumulan más de 6 mill.tt. De ellas sólo habrían 4 mill.tt. compradas. Esta es una situación que podría terminar en alzas, dada la posición neta vendida de la exportación. A su vez las compras de molinos están todavía lejos de las 2 mill.tt. por lo que, si se quedan esperando, podrían perder mercado a mano de los exportadores. Por ello es que quien esperó hasta aquí debería aguardar algo más, ya que hay señales de posibles movimientos.
En lo que hace a la campaña nueva, con precios que superaron los 160 U$/tt, muchos ponen el pero en que la paridad de exportación estaría más cercana a los 180 U$S/tt. No obstante debemos recordar que el mercado de trigo tiene tres tiempos bien marcados:
• Entre noviembre y marzo: Argentina cosecha el trigo, mientras que la necesidad de venta de productores hace que poco de eso se retenga. En tanto Brasil como principal comprador, no está interesado. A este momento se maneja con la producción local. De querer exportar hay que competir con Rusia y Ucrania en los mercados de África del Norte. La competencia allí es desigual. La zona del Mar Negro tiene fletes más bajos, y están dispuestos a tomar precios menores.
• Entre abril y septiembre Brasil se queda sin trigo, y necesita el saldo remanente de Argentina. Pero si nuestro país sigue vendiendo al resto del mundo, no dispondrán de mercadería. Por ello suben los precios para sacar de mercado a los otros compradores, pero con el límite de la posibilidad de conseguir trigo de otros orígenes. Es en esta época que se puede esperar que se pague la capacidad teórica de pago.
• Finalmente en octubre y noviembre, los últimos meses previos al a trilla, generalmente entran en crisis los molinos locales. Estos jugadores compran unas 500.000 tt mensuales, teniendo problemas financieros y de capacidad de almacenaje para originar el resto. Para evitar que el trigo se escape a Brasil tienen que pagar más que la paridad de exportación.
Partiendo entonces de que la paridad internacional para el trigo nuevo estaría en la zona de los 180 U$S/tt, quienes apunten a producir trigo/soja, con cereal de bajo potencial de calidad, y con intenciones de vender ni bien se cosecha, deberán pensar en que por la necesidad de bajar precios para colocar ese trigo en el exterior, sufrirán un descuento de al menos 20 U$S/tt. Los 160 o más que se pagan hoy son una excelente oportunidad.
En cambio quien apuesta un trigo de más calidad, y no tiene apuros para venderlo, debería esperar a que el precio teórico se plasme, aunque la demora implique también un costo financiero. En estos casos la recomendación seria esperar.