Lluvias en el país y datos del USDA calmaron precios
El mercado de granos bajó un escalón a nivel internacional, presionado por un incremento en las existencias de maíz, trigo y soja, y por las lluvias que trajeron alivio a las zonas productoras de maíz y soja en nuestro país. En el mercado local, si bien sigue habiendo interés en originar soja disponible y maíz, tanto disponible como de cosecha nueva, el mercado no logró despegarse del ajuste externo. Sin embargo, medidos en pesos, los precios siguen en niveles elevados gracias a la devaluación del peso.
En el frente financiero internacional, la baja del petróleo a mínimos de 12 años, con valores que se aproximan a los u$s 20 por barril, sigue arrastrando a los mercados financieros a la baja. En tanto la caída de este commodity tan relevante, arrastra a todos los demás, y en el caso de los granos, tiene un significado especial por la demanda de granos para la producción de biocombustibles.
El martes de la semana pasada, el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) presentó sus proyecciones mensuales de oferta y demanda. Generalmente este reporte no suele inspirar cambios demasiado drásticos en los primeros meses del año. Sin embargo, se juega a comprar el dato real con el esperado, y se dieron aumentos de stocks mayores a los que el mercado pensaba encontrar. Motivado por una demanda que se proyecta debilitada el USDA aumentó los stocks de soja para Norteamérica en 0,3 de millón a 12,2 millones de toneladas, quedando así por encima de las 12,1 millones esperadas por los analistas. En maíz se proyectó 46,7 millones de toneladas 0,9 de millón más que en enero y 0,7 de millón más que lo esperado. En trigo en tanto los stocks quedaron 0,5 de millón por encima de lo esperado por los analistas con 26,3 millones de toneladas. Un dato que se esperaba era el ajuste a la producción de maíz de Sudáfrica.
La misma sufrió un ajuste de 1 millón de toneladas a la baja, quedando la producción en sólo 7 millones de toneladas, cuando en campañas normales este país generaba entre 12 y 13 millones. En virtud de esto se estima que deberán importar 3 millones de toneladas, lo cual está bastante en línea con las cifras oficiales. Sin embargo, al mismo tiempo se incrementó la producción esperada de maíz tanto para la Argentina (en 1,4 millón a 24 millones de toneladas) como para Brasil (2,5 millones a 84 millones de toneladas) por lo que la oferta adicional para compensar la caída de Sudáfrica estaría garantizada con creces. En cuanto a soja, mientras que la cosecha brasileña sigue siendo estimada en 100 millones de toneladas la de Argentina se incrementó a 58,5 millones de toneladas.
Otro elemento que permite explicar el ajuste negativo es la llegada de las lluvias para las zonas necesitadas del este en la Argentina. Algunos operadores venían viendo con preocupación que si las mismas no llegaban la producción podría verse afectada. Mientras todo esto pasaba, el tipo de cambio local registró subas importantes en las últimas jornadas, marcando un senda ascendente que llama la atención, pero que permite pagar precios en pesos que son superadores de los vistos hasta ahora.
Por el momento el premio de la soja disponible sobre la nueva se sostiene en algo más de u$s 20 por tonelada, mientras que también es notorio el apetito por maíz tanto nuevo como viejo. De hecho siguen observándose operaciones de exportación que auguran todavía que el mercado estará firme. Sin embargo, esto podría ser pasajero. Cuando Brasil coseche la safrinhia y empiece a embargar grano a fin de julio y agosto, y luego se sume EE.UU., los valores del maíz no podrían sostenerse.
En cuanto al trigo, seguimos a la expectativa de que el mercado internacional se torne más demandante para el cereal argentino. Y esto en realidad depende del momento en que Brasil aparezca con fuerza como demandante. Ello usualmente ocurre en mayo, pero ya en marzo deberíamos ver algún movimiento. Por ello deberíamos seguir esperando.