Economía

Otra súper devaluación del rublo licúa el poder de compra de Rusia

El factor político puede salvar a las exportaciones argentinas, salvo en el caso de las mandarinas.

4 Feb 2016

Mala noticia para los exportadores argentinos de alimentos que concentran buena parte de sus ventas en la Federación Rusa: la progresivadevaluación del rublo –producto del derrumbe del valor del petróleo– sigue restando poder de compra a los importadores de esa nación.

En las últimas semanas la moneda rusa siguió depreciándose para llegar superar un cifra récord de 80 rublos por dólar a fines de enero pasado (ahora se encuentra en torno a 76 Rub/u$s).

Algunos alimentos argentinos, al ser extremadamente dependientes del mercado ruso, podrían llegar a experimentar una menor demanda externa. En el tope del ranking de la zona de riego se encuentran las mandarinas: en 2015 la Federación Rusa representó más de la mitad de las colocaciones de ese cítrico a pesar de comprar un 38% menos que en 2014 (ver cuadro).

En el segundo escalón se encuentran las uvas frescas: en 2015 un 30% de los envíos de esa fruta se enviaron a Rusia. En este caso las exportaciones argentinas podrían mantenerse –o incluso crecer en 2016– porque desde comienzos de este año las autoridades rusas prohibieron el ingreso de uvas –entre otras muchas frutas– provenientes de Turquía (que hasta el año pasado era el principal exportador de uvas frescas a Rusia).

Una situación similar registran los envíos de ciruelas secas: el año pasado crecieron casi un 120% con respecto a 2014 debido al bloqueo comercial instrumentado por Rusia en el último año y medio a muchas naciones occidentales (en represalia por los reclamos realizados ante el avance ruso en Ucrania).

Sin embargo, a pesar del bloqueo comercial, en 2015 las exportaciones argentinas de quesos y peras destinadas a Rusia se derrumbaron en un 49% y 29% respectivamente. Un 20% de las ventas totales de ambos alimentos se colocaron el año pasado en el mercado ruso.

En el rubro bovino las exportaciones de cortes congelados y frescos se derrumbaron a la mitad el año pasado para ser compensadas parcialmente con un crecimiento de los envíos de menudencias. Si bien este proceso podría profundizarse en el transcurso de 2016, no existe un riesgo comercial enorme porque buena parte de los cortes que dejó de comprar Rusia fueron (y seguirán siendo) absorbidos por China con apetito voraz.

Los colocaciones argentinas de maní en el mercado ruso –gracias al bloqueo del producto estadounidense– crecieron un 42% en 2015. Y todo indica que seguirían firmes este año a pesar de la caída del poder de compra de los importadores rusos (no existen en el mundo muchos exportadores de maní).

Las exportaciones de limones y manzanas también crecieron por el mismo motivo (aunque no con tanta fuerza como en el caso del maní porque existe una mayor cantidad de proveedores de tales frutas en el mundo).

En el ámbito regional la situación más comprometida es la de Paraguay, dado que la nación guaraní concentra la mayor parte de las colocaciones de cortes bovinos en el mercado ruso.