Las primera señales sobre una discusión madura en torno al dólar y la inflación
El fragor de la campaña sucia y la tensión extrema de las dos semanas previas al ballottage no permiten apreciar el salto de sinceridad que la Argentina dio en los últimos cuatro días. El hallazgo sucedió en torno al debate sobre el futuro del dólar y del cepo cambiario. Casi un tabú de los últimos años. Los dos candidatos a gobernar el país, Mauricio Macri y Daniel Scioli comenzaron a confrontar sus visiones sobre la evolución del tipo de cambio a partir del 10 de diciembre, cuando uno de ellos dos gobierne y el kirchnerismo se retire del primer plano del poder.
El puntapié inicial lo dio el economista Alfonso Prat Gay, uno de los máximos referentes de Macri y titular del Banco Central con Néstor Kirchner. Dijo que el tipo de cambio iba a ser uno y que el dólar blue va a bajar del valor actual que fluctúa entre los 15 y los 16 pesos. El candidato presidencial de Cambiemos lo avaló al afirmar, en la entrevista que El Cronista publicó el viernes, que el dólar informal va a estar por debajo de esos valores. La certidumbre comenzó a ganar al mundo económico y financiero sobre un dólar único con un valor promedio entre el dólar oficial ficticio de la actualidad y el dólar blue demasiado alto para Macri.
Scioli contraatacó defendiendo el valor dólar del dólar oficial, pero la tranquilidad llegó de boca de su eventual ministra de Economía, Silvina Batakis, quien prometió bajar la inflación, corregir las cifras manipuladas del Indec y volver a difundir las estadísticas sobre pobreza, una de las renuncias más patéticas del actual Gobierno.
La sociedad argentina merece que sus candidatos presidenciales discutan sobre el modo en que van a recuperar las reservas del Banco Central. Cómo van a corregir las restricciones sobre el dólar y cómo van a equilibrar las correcciones del tipo de cambio y la inflación, la variable que impacta más directamente sobre el bolsillo de los que menos tienen. Las precisiones de sus referentes económicos parecen ir en buena dirección. El debate presidencial del domingo próximo es una excelente oportunidad para que consoliden esas intenciones.