Daño colateral
El “quemado de cultivos” no tolerantes por fitotoxicidad de agroquímicos es una problemática recurrente. Las causas pueden ser diversas, pero generalmente obedecen al hecho de pasar de un cultivo a otro sin el adecuado mantenimiento del tanque pulverizador
La mayoría de los tanques que usan los chacareros son de fibra de vidrio. Su costo es más alto que el de los de polietileno pero tienen la ventaja de ser reparados rápidamente y en el mismo establecimiento. Igualmente no son recomendados para tal fin y por algo han sido prohibidos por la Unión Europea.
El problema radica en que justamente las fibras de dicho material elevan el índice de rugosidad, y esto se agrava con el uso (el productor argentino se caracteriza por sacarle el máximo provecho a las herramientas). Así, muchos principios activos de los fitosanitarios se adhieren a las paredes internas del tanque y se liberan lentamente a posteriori. Claro, sumado a errores recurrentes en el orden de mezclado, la precipitación por un incorrecto trabajo del agitador (muchas veces el aplicador los cierra por diferentes razones), productos de calidades no óptimas y negligencia en el lavado de filtros (en el peritaje de mil máquinas, el 59% no cumplía satisfactoriamente el mantenimiento de los filtros, según datos de Ballestrini y Cía. S.A).
La vida media de las sustancias retenidas varía en función de diversos parámetros tales como la compatibilidad con otros fitosanitarios presentes en el medio, el pH del agua de pulverización (por ejemplo, Captan tiene una vida media de dos minutos a pH 9, según datos del INTA), y su dureza, entre otros aspectos, lo que determina una duración de las sustancias citadas que puede variar desde pocos minutos hasta semanas enteras.
Paso a paso
El protocolo por ejecutar tiene instancias definidas:
● Comienza al cargar con agua limpia en el o los tanques (10% del volumen total), ya sea desde el depósito que algunas máquinas poseen para tal fin, o de lo contrario de manera externa.
● Una vez realizada la carga se deberá recircular el líquido, cerrando el paso del agua al botalón y pasando a través de los aspersores de lavado, realizando la remoción de las partículas. Dicha tarea deberá tener una duración de al menos diez minutos; posteriormente se dejará salir a través de la cañería y boquillas.
● Como medidas adicionales es necesario utilizar los elementos de protección personal (EPP) y realizar además la descontaminación exterior del equipo mediante un lavado a baja presión.
Aditivos detergentes
Existen numerosas experiencias caseras respecto de sustancias que inactivan o facilitan la limpieza del circuito. Por caso, mezclar detergente y cloro con el agua de lavado (los vapores generados pueden ocasionar un paro cardiorespiratorio), el uso de ácidos, detergentes de cocina, entre otros.
Sin embargo, lo que el común de los aplicadores desconoce es que el empleo de sustancias de limpieza depende de la formulación de los productos fitocontroladores que se hayan utilizado previamente:
● Por citar algunas pautas, ciertos agentes como los derivados del amonio elevan el pH haciendo más soluble sustancias como los derivados de sulfunilureas (metsulfuron, clorimuron y otros), lo cual permite su eliminación.
● Por otro lado, las presentaciones basadas en cloro ejercen su efecto al inactivar los principios activos de sulfunilureas y otros herbicidas. Como medida precautoria, nunca mezclar cloro con amonio o fertilizantes a base de dicho elemento, ya que se genera un gas altamente tóxico.
● Por último, para herbicidas solubles en aceites, como es el caso de aquellos a base de esteres o concentrados emulsionables, el uso de keroseno o gasoil resulta efectivo para realizar su remoción. Al utilizar estas sustancias sería recomendable realizar un posterior lavado con detergente, para eliminar los restos del primer producto.
Ing. Agr. Guillermo Gadea