Carnicerías

En lo que va del año la carne aumentó más del 40%

Con un mercado cerrado a las exportaciones, y un consumo que baja, la venta de carne en Mendoza está frente a una encrucijada: cómo mantener las ventas.

Desde las carnicerías afirmaron que el precio de la carne no ha tenido tantas variaciones este año y que su incremento ha sido de sólo un 25% en gancho, esto es el precio mayorista de los frigoríficos que fijan para las carnicerías.

Sin embargo ese incremento a la hora de pagarlo el consumidor tiene una suba mayor ya que los negocios minoristas vuelven a remarcar el precio, lo que determina que los amantes de la carne deban pagar subas superiores al 40% en la provincia.

Las voces en los negocios de venta de carne minimizan la suba y afirmaron que inclusive en las últimas dos semanas los precios están estancados.

Sobre los motivos que explican la quietud de los precios los carniceros son contundentes: el consumo está bajando entre los mendocinos.

“La gente ha perdido la real noción de los precios, siguen comprando por el dinero que tienen disponible, entonces llegan al negocio y piden $50 para bife y $30 de carne molida. Son pocos los que preguntan el precio y comparan a los valores que tenía anteriormente la carne”, señaló Salvador La Spada, de carnicería Salvador La Spada.

El empresario al igual que otros hombres del sector consideró que la carne tiene precios bajos pero que un aumento ocasionaría un derrumbe mayor de ventas.

“La carne para asado, uno de los cortes más populares ha tenido un incremento del 25% para las carnicerías y en algunos casos del 30%. El margen de rentabilidad para nuestros negocios es bajo y no tocamos los precios para no desalentar a los consumidores, pero es real que el kilo de filet, por nombrar un corte de carne requerido debería estar en $ 115 y no los $ 95 que cuesta en la mayoría de los negocios”, subrayó Hugo Gómez, de la carnicería Mercado España, en Luján.

Dispersión de precios

También en las variaciones de precios, cuenta la ubicación de los negocios al menos así lo señalaron desde Vera Hermanos carnicería.

De esta forma un kilo de lomo que puede costar $ 90 en el microcentro mendocino, en otros departamentos del Gran Mendoza o del Sur, su valor puede ser 20% menor por kilo.

“En promedio la carne en gancho es de $ 38 el kilo, que si es asado tiene una suba al consumidor de un 50%, por lo cual el precio final es de $ 65. Precios superiores a los $ 80 la gente no los paga”, remarcó Carlos Vavrik, de la carnicería homónima.

Los cortes de segunda calidad son los más buscados por los consumidores.

Así, la molida común posee un valor de $ 35 el kilo, la aguja común de $ 45 y en su versión especial es de $ 55, en tanto el asado de segunda, otro corte muy buscado tiene un precio de $ 50 el kilo. La costilla arqueada $ 73 y la blanda de primera $ 79.

Los precios bajos y con pocas subas, más allá del 40% que debe pagar el consumidor en la actualidad por el acumulado anual, fue constantemente remarcado desde los negocios de venta de carne.

Desde la carnicería La Estancia la caída de ventas, sumado al cierre de las exportaciones hace que los precios en los últimos días se hayan aquietado y en algunos cortes inclusive bajado.

Cabe recordar que fue a fines de agosto cuando la suba que tuvo el precio de la hacienda, con aumentos, según las categorías, de entre 10 y 15%, y la amenaza de que los incrementos se trasladen de manera inminente a los cortes de carne que consume el público, hizo que el Gobierno restringiera las exportaciones de carne vacuna reduciendo la entrega de nuevos permisos para embarcar.

De cualquier manera, las oscilaciones en el precio de la carne lo marca el Mercado de Liniers, y según los carniceros hay hacienda suficiente para abastecer la demanda en la provincia y el resto del país.

En cuanto a lo que pueden deparar las fiestas de fin de año, desde las carnicerías adelantaron que no habrá subas significativas y que los incrementos oscilarán entre el 2% y el 5%.

“La carne en noviembre siempre sube sus precios, es histórico pero éste año no lo hará mucho, no hay clima festivo. Mis proveedores me comentaron que no prevén grandes cambios de los valores de venta”, argumentó Spada.