Estrategia

Una cooperativa ahorra 200 mil pesos anuales utilizando biodigestores

Se trata de una experiencia que soluciona el problema de traslado de la basura de un mercado frutihortícola en Córdoba y que se transforma en energía.

En la localidad de Malagueño, provincia de Córdoba se encuentra ubicado el mercado frutihortícola San Miguel, donde el ingeniero agrónomo Gerardo Sucani y el ingeniero químico Juan Carlos Iacono se están encargando de la puesta en marcha, funcionamiento, control y optimización de un proyecto que tiene que ver con la reutilización de toneladas de desechos por día para su transformación en biogás y biofertilizantes.

Para ello, el proceso se realiza con 6 biodigestores tubulares que operan sobre el 85 por ciento de los residuos de aquella feria compuesto por frutas y verduras, lo que genera 450 m3/día de biogás y 12.000 L/día de biofertilizante.

La producción de basura oscila entre 6 toneladas por día en verano y alrededor de 1,5 y 2 toneladas en invierno, lo cual, antes de comenzar con este proyecto en el 2010, el arrojar los desechos significó todo un problema.

Estos debían ser mudados con camiones hasta un basural de la ciudad de Córdoba porque ninguna localidad cercana permitía arrojarlas en sus latitudes, lo que se traducía en un costo inmenso para la cooperativa encargada del negocio.

En la actualidad, la feria sólo necesita de un camión por semana para cargar residuos de tipo inorgánico, que significa el 15 por ciento restante de los desechos diarios, lo que permite ahorrarles entre 150 mil y 200 mil pesos anuales. Los costos iniciales de inversión rondaron los 600 mil pesos y se especula que entre 3 y 5 años el gasto ya podría quedar amortizado.

El ingeniero Iacono, explicó: “Lo que hacemos nosotros es moler toda la basura orgánica que sale del mercado, en donde requerimos de la cooperación de todos los puesteros, la pasamos a los biodigestores y ahí se obtiene biogás”.

“En estos momentos –el biogás- está siendo usado relativamente poco, para la cocción y a veces para una caldera que tenemos ahí y con el líquido que sale seguimos haciendo estudios para biofertilizantes”, agregó sobre la situación.

El especialista además dijo que “aparte del ahorro que les significó no llevar la basura hasta Córdoba, este proceso disminuye los gases de efecto invernadero, porque la descomposición normal produce metano que impacta más sobre el medioambiente”.

Por otra parte, en cuanto a las instancias planteadas dentro del proyecto dijo que estaba planificado, como segunda etapa, generar un emprendimiento de compotas con las frutas que se pudiesen recuperar y autoabastecerse con el biogás producido, pero que será postergado por cuestiones de falta de financiación.

En ese sentido, dijo que los grandes condicionantes para ampliar la transformación de desechos en biogás tienen que ver con una falta de reglamentación o con el incumplimiento de éstas que no obligan a los productores a encauzarse en este tipo de acciones.

“Nosotros hemos intentado replicar este trabajo en emprendimientos más grandes, como el de porcinos, pero lamentablemente nadie quiere invertir en esto porque no hay nada que en este momento que les exija”, comentó y concluyó con que termina siendo mucho más beneficioso para el estanciero invertir en más animales que en equipamiento para procesar los desechos de éstos y reducir el impacto ambiental.