Potencial de riego en la Argentina
La Agricultura utiliza el 66% del agua disponible para uso humano, el riego agrícola es el principal consumidor de agua de la tierra.
Hoy en día el 40% de los alimentos producidos en el mundo provienen de campos regados en sólo el 17% del área cultivada. El problema es la baja eficiencia con la que se trabaja (como la diferencia entre los mm aplicados y los evapotranspirados) ya que en general el riego es gravitacional y mundialmente la eficiencia es de entre un 20-30% mientras que en nuestro país se ubica entre un 15-20%. El riego mecanizado aparece como la solución para este problema, el pivot alcanza un 90% y el goteo 95%.
Si bien actualmente se riegan unas 2,2 millones de ha nuestro país cuenta con un gran potencial, ya que 2/3 de la superficie recibe menos de 700mm. En total se podrían regar unas 16 millones de ha, 6 con riego total y 10 con complementario.
Para los cultivos extensivos, el riego mecanizado de última generación (pivote central o lineales) es el sistema de riego más adecuado porque logra lo siguiente:
- Una alta eficiencia en la aplicación de agua al cultivo.
- Bajos requerimientos de energía para la distribución del agua.
- Una excelente relación económica por tener una baja inversión por hectárea, un bajo costo operativo y ser de gran durabilidad y bajo mantenimiento.
El riego mecanizado es el único bien de capital que aumenta la producción. La incorporación de esta tecnología nos permite:
- Garantizar la seguridad de cosecha y por ende la estabilidad de la empresa.
- Aumentar la productividad por hectárea.
- Expandir la frontera agrícola aumentando el área bajo agricultura.
- Producir cultivos de mayor valor.
Hoy en día el pivot aparece como la mejor opción ante la necesidad de complementar las lluvias recibidas en el campo en el caso específico del maíz se observa una correlación entre los precios del cereal y la instalación de este tipo de dispositivos. De las 400.000 has regadas con pivot el 43% son de cultivos de maíz ya que bajo este tipo de manejo este cultivo reemplaza a la soja y mejora la rotación con un gran aporte de materia orgánica.
Por último, es interesante destacar que no solo el productor ve aumentados sus ingresos sino que a nivel social la intensificación productiva dinamiza las zonas generando puestos de trabajo, formando asentamientos de operarios y fomentando el uso racional del agua.